¡REGALOS!

SEBASTIAN

Anime: kuroshitsuji

Miro fijamente el pasillo oscuro que estaba frente a él. Solo era iluminado gracias a la luz de la luna que pasaba atreves de las grandes ventanas del pasillo. Miro disimulada mente detrás de él, así como también entre los demás pasillos del lugar

Viendo que todo estaba despejado, y sabiendo que todos debían estar en sus habitaciones, comenzó a caminar tranquilamente a una habitación solitaria en el pasillo. Se detuvo justo frente a la puerta, y antes de entrar, volvió a mirar alrededor y abrió silenciosamente la puerta

La habitación estaba completamente oscura, pero para él estaba normal, podía ver bien en la oscuridad. En entrar, cerró la puerta tras de él, y camino lentamente a la cama, viendo la pequeña silueta que estaba dormida sobre ella

Se acercó y se inclinó quedando frente a la cara de kagome y observo sus facciones. Ella había sido un regalo de uno de los invitados de ciel, quien inmediatamente la tomo en su custodia. Había sido algo difícil hablar con ella, ya que solo hablaba en japonés, así que tuvieron que ensenarle a hablar inglés

Kagome había pedido trabajar para ciel, no solo ser una invitada. Después de que ciel y kagome discutieran durante una hora, al final ciel acepto contratándola como una sirvienta, y debía decir que no se había arrepentido de esa decisión, ella era perfecta para el trabajo, tenía todo lo que se le pedida

Sacudiendo la cabeza ante esos recuerdos, se acercó un poco más a kagome, y la olfateo un poco. Casi podía saborear su olor, su pureza y su inocencia la hacían irresistible para él. Se enderezo y se quitó los guantes, poniéndolos en su bolsillo. Acaricio la mejilla de kagome, disfrutando de la suavidad de su piel

Ese se habia vuelto su ritual nocturno, unos meses después de que kagome había llegado a la mansión. Todas las noches se aseguraba que todos durmieran, antes de entrar a la habitación de kagome, y acariciar su rostro y su cabello

Pero esta vez se sentía algo más impulsivo. Con cuidado se subió a la cama, quedando cara a cara con kagome. Se sentía bien, mucho mejor de lo que había esperado. Se acercó un poco más a ella, y puso su rostro en su pelo, oliendo su cabello con sutileza, pero hizo una mueca al captar el olor de pluto

Odiaba ese perro, y aún más porque kagome lo banaba con atenciones siempre. Un pensamiento llego a su mente, y poco a poco se formó una sonrisa en su rostro. Llevaría el chucho ese a pasear y lo tiraría por algún lugar deshaciéndose de él. Pero tan pronto ese pensamiento llego a su mente, su sonrisa se borró. Kagome estaría muy triste si ese perro se llegara a perder

Se estaba volviendo suave. Soltó un suspiro y se acurruco un poco más junto a kagome. Tan solo la llegada de ella lo estaba cambiando, y no sabía si eso era bueno o malo