Capítulo 14: Ralph (II)

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—¿No deberías estar descansando? —cuestionó en tono severo, aspirando el desagradable vaho del cigarro.

—¿Y tú no debiste ir visitarme? —respondió de regreso con otra interrogante.

La joven desvió la mirada, aquella pregunta fue una estocada muy certera. Estaba en todo su derecho de molestarse con ella.

—¿Entonces? —insistió el chico levantando las cejas.

—Odio el olor a cigarrillo.

Murray levantó las cejas, en verdad no espero que intentara escaparse de su pregunta de forma poco imaginativa.

—De acuerdo —dio una fuerte calada antes de tirar la colilla al suelo y la pisarla.

—No puedes esforzarte mucho —siguió ignorándolo.

—Digamos que me aburrí, así que escapé —respondió encogiéndose de hombros.

—Necesitas guardar reposo hasta que tus heridas sanen por completo.

—De acuerdo, esa es tu hipótesis —se acercó más a ella—. Aquí va mi contra hipótesis: quieres evitarme y estabas segura de lograrlo porque debía quedarme en casa. —La chica se estremeció hasta enmudecer al sentirse como un libro abierto—. Ahora quiero saber el motivo.

—N-no, no es eso, por supuesto que no —se apresuró a decir.

—Entonces mírame.

Ahren apretó con fuerza su vestido de franela gris, se negaba a enfrentarlo, se negaba a confirmar visualmente que su existencia acarreaba problemas a quienes solo querían ayudar.

—Llevo aquí esperándote toda la tarde, sabes bien que tenemos que hablar.

—Sólo quiero ir a casa —eludió al guitarrista pasando de largo.

—¡Eres una mascota muy malagradecida! —gritó a sus espaldas.

Dave sabía que su querido gatito iba a ponerse en alerta y en cuanto se sintiera acorralada lanzaría toda clase de basura con tal de alejarse y alejar a quien sea que tuviera en frente.

—¡No soy un jodido animal! —Se volvió hacia Murray de forma amenazadora—, ¡y tampoco soy la estúpida mascota de su banda a la que deban cuidar, ya métanse eso en la cabeza! —la castaña frunció el ceño y apretó los labios.

Estaba siendo hiriente, pero daba la impresión que ella era la más dolida con sus propias palabras.

—No.

—¿No?

—No eres un animal, pero sí eres nuestra responsabilidad.

—Pues los absuelvo, no necesitaba que me salvaran aquel día, ¡no los necesitaba! —bramó con enojo mientras empujaba al chico.

El gato montés estaba atrapado y todo lo que continuara diciendo no sería de corazón, era algo que Dave necesitaría repetirse muchas veces si deseaba evitar verse envuelto en la rabia de la castaña y ceder a provocaciones; él no tenía mayor cosa que decir, pero estaba comprometido en seguirla presionando hasta que se desahogara por completo, la ira era un buen recurso.

—De acuerdo, te dejaremos en paz cuando seas más fuerte y no te dediques solo a lloriquear —soltó, debía seguir arrinconándola más—. Si no te gusta depender de los demás deberías poder defenderte y no andar ocultándote en una sucia madriguera.

—Seré fuerte y patearé tu trasero —amenazó al ojiazul.

—¿Qué tal si practicas ahora?, soy tu oponente, ven golpéame, o además de miedoso ahora eres un gatito hablador.

Creatures of Heaven (En Edición)Where stories live. Discover now