Acto ocho

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La noche parecía avanzar y un sueño sentía su pesar, miraba sentado el sendero por donde Error había ido, ya lo había recorrido pero no encontró nada

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La noche parecía avanzar y un sueño sentía su pesar, miraba sentado el sendero por donde Error había ido, ya lo había recorrido pero no encontró nada. El ver el verde de los árboles llenos de vida, solo provocaba que empezará a repudiar la primavera, deseaba levantarse y congelar ese valle y que esto acabe.

—Quizás Cross tenga razón— respiro profundamente y el cansancio le obligó a acostarse en el fresco pasto verde, cerró sus ojos sintiendo la brisa, escuchando los árboles al moverse con el viento.

—Pero es un traidor— También puede sentir el cosquilleo del roce del pasto y las flores que bailan con el todo, siente un poco de frío y el olor a tierra mojada lo arrulla. Hay tanta paz.

Escucha una campana tintinear cada tres segundos, parece que se detiene y de pronto vuelve a sonar. Quiere abrir sus ojos pero no puede, el tintineo sigue parece más fuerte y más cerca, unos pasos hacen crujir el pasto.

—¡Ink!— una voz alegre y aguda hace que abra los ojos, mira el lugar y ya no hay tumbas, solo el prado lleno de flores de todos los tamaños y colores.

—¡Ink!— a lo lejos escucha pasos apresurados y al voltear ve un hermoso grupo de mariposas azules rodeando a alguien, este se levanta esperando ver mejor.

—¿Berry?— camino y aquella entidad que parecía correr, estaba más cerca y al reconocer su voz y su porte, sonrió con júbilo.

—¡Berry!— corrió al encuentro de su viejo amigo sin poder creer que lo veía, una vez que le miró cara a cara Berry le abrazo con fuerza.

—No puedo creer que estés aquí, pero aún no puedes— parecía confundido.

—¿A qué te refieres?— Berry retrocedió y las mariposas revoloteaban a su alrededor mientras otras se posaban en su cuerpo algunas cubriendo la mitad de su rostro, sin embargo no parecía molestarle. Cómo si fueran parte de él.

—Estas en el páramo— Ink miró el bello paisaje primaveral.

—No parece que lo sea, es idéntico al cementerio— lo diferente que podía notar es el brillo del cielo, y las flores tienen un color aún más hermoso que el que había dibujado.

—Es que este lugar tú lo dibujaste— Berry miró el cielo que brillaba al mismo tiempo que sus ojos en forma de estrella.

—Incluso Error llegó a decir que te luciste esta vez, y está en lo cierto— el pequeño esqueleto reia. De improvisto Ink sostuvo los brazos del pequeño provocando que las mariposas levantarán en vuelo revoloteando alrededor bruscamente por la sorpresa.

—¿Error te dijo eso?— el pequeño asintió.

—Me dijo que te había confesado lo mucho que le gusta la primavera— soltó a Berry y agachó la cabeza empezando a llorar.

—Lo siento Error— Berry colocó su mano en su hombro.

—¿Estás bien, qué pasa?— el negó con la cabeza y la levantó secando sus lágrimas manchando su cara de tinta.

—¿Puedo hablarle?— pero la mirada de Berry cambio.

—¿Acaso no lo sabes?— Ink se quedo quieto.

—No está aqui— él esqueleto se alejó un poco del pequeño.

—¿Donde esta?— tenía la sensación de saber que es lo que le contestaría.

—Esta vivo— eso fue suficiente para recuperar un poco de su voluntad.

—Ink, tienes que encontrarlo y rápido— Ink negó con la cabeza.

—No hay nada que pueda hacer— pero Berry le sonrió con dulzura.

—Eres el más grande guardian que he conocido— eso sorprendió a Ink, sintiendo algo en su alma, pero pronto se apago.

—Ya no, no hay nada que proteger—

—¡No es así, Aún hay un monstruo que te necesita!— el rostro de Berry le retaba con seriedad, su porte cambio y las mariposas se posaron en él de nuevo.

—Error está en peligro— dijo abrazándose así mismo.

—¿Quién querría enfrentarlo?, si dices que está vivo, eso significa que nadie puede— Berry dió un suspiro, dudando de que tanto debía decirle.

—Por favor tienes que ayudarlo— Ink se dió cuenta que no diría nada al menos que le pregunte de frente.

—¿De quién debo protegerlo?— dijo con exigencia de respuestas.

—De si mismo— replico por fin.

—Todas las noches va a mi tumba a llorar— el rostro del pequeño de solo recordar se humedecia.

—Cada noche me deja una rosa que el mismo hace durante el dia, y me pide perdón—

—Y esta noche, decidió acabar con todo— Ink no quería pensar en lo que significa, pero era inevitable.

—¿Porque lo quieres ayudar?— Berry se secaba sus lágrimas pero no podía dejar de llorar.

—Porque es mi mejor amigo— miró fijamente con una tierna y dolorosa mirada.

—Y quiero que ustedes sean felices— terminó por decir al escuchar un estruendo y las mariposas se elevaron alteradas.

—¿Qué pasa?— Berry se hacerca a Ink.

—Algo pasa en el mundo donde vive mamá— el cielo oscurece.

—Tienes que encontrar a Error antes de que se deshagan de ti— De pronto Ink fue jalado por algo, pero este se sostuvo de un árbol.

—¡Busca a Gaster y a las Alphys, ellos te ayudarán!— de pronto vio como a lado de Berry aparecía Papyrus, Asgore, Frisk y de más monstruos, ahí estaban todos incluso los pequeños de Littletale que se despedían de él.

—¡Esperen!— algo lo jalo aún más fuerte, pero seguía sosteniendo con fuerza mientras miraba a los de Horrortale, DustSans, los de Mafiatale, todos aparecían, todos los que habían muerto e Ink solo les miro, aún no deseaba irse quería disculparse por no poderlos salvar pero sus dedos se fueron resbalando.

—¡No, esperen!— sus fuerzas se esfumaron, se soltó cayendo en la oscuridad y despertó con su mano estirada al cielo nublado, sus huesos tiritan del frío y su ropa está mojada, sintiendo las gotas de lluvia.

—Berry...— Se levantó y miró las lápidas, después el de Berry para caminar a ella.

—Esta bien amigo mío, haré mi trabajo, aún que sea una última vez—

Una Rosa De Papel [ TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora