Capítulo XXII El castillo de cristal

1 0 0
                                    

Hoy te contaré nuestra historia.

La historia de un castillo de cristal que quisimos construir una vez en la playa en medio del mar,

Era una locura muy lejos de la realidad, pero nuestro amor nos hacía fantasear.

Las personas nos decían que era algo absurdo, que nada se podría construir en medio del mar porque se hundiría, ningún castillo podía flotar, y si lo hacía se perdería para nunca poderse hallar.

Sus negatividades casi persuadían nuestros sueños, pero si nosotros quienes enamorados sin conocernos nos encontramos en aquella montaña,

También podríamos construir un castillo en medio del océano, recorrimos el mundo disfrutando cada momento, aún si no lo conseguimos, intentarlo valdría la pena.

A nuestro sueño no renunciaremos, así todos quieran impedirlo, el castillo construirnos y felices entre cristales viviremos, cada día de mil formas nos enamoraremos y nuestro castillo nunca hundiremos.

¡Eso es! como no lo pensamos, nos gritamos, en el mundo no hay ningún material para construir el castillo de cristal, la herramienta no está fuera, sino dentro de nosotros, en la realidad no hay fantasía, pero en nuestro mundo si la hay.

Dormidos nos juntamos y abrazamos, bajo la luna nos besamos, de mañana nos levantamos y de la mano en medio del mar caminamos, al llegar al centro una vez más nos abrazamos.

Si pudimos caminar en medio del mar, un castillo construirnos, porque haremos lo imposible posible si de la mano nos sujetamos, un castillo que nadie pueda derribar.

Nos mostraremos y al mundo le demostraremos, que sólo vivir de lo que llaman realidad es una mentira que nos mata con lentitud y nos aleja de la felicidad,

Mientras abrazados pensamos, el castillo de cristal a nuestro alrededor comenzaba a forjarse, con nuestro amor sueños, bondad y deseos, y junto a él nos elevamos al cielo, no solo estábamos parados en medio del mar, sino también volábamos.

El castillo llegaba al cielo, no era un sueño estábamos bien despiertos, teníamos cosas inimaginables y cada día en su interior construíamos y hallábamos cosas nuevas. Y en las tormentas superadas un diamante le coronaba.

¿Por qué el castillo no se hundía? ¿Por qué el castillo flotaba? ¿Por qué en el fondo del mar no se perdía? ¿Ni bases lo sujetaban?

Esto era porque no había algo físico que lo mantuvieran, la mentalidad humana no lo podía comprender, que este castillo jamás iba a caer, jamás se iba a hundir, porque nuestros besos impedían que se fuera a sumergir, nuestros besos, nuestro amor, lo que construíamos en nuestro interior al tomarnos de la mano lo hacían flotar.

Únicamente si nuestros corazones se separaban el castillo se iba a hundir.

Este es el fin...

DELIRIOS DE UN POETAΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα