Capítulo 37: La justicia es dulce.

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Estaba con Bea hablando sobre varias cosas mientras esperábamos a Ariane,  se tardó mucho así que le dije a Bea que fuese a ver si Jeanice le había hecho algo

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Estaba con Bea hablando sobre varias cosas mientras esperábamos a Ariane,  se tardó mucho así que le dije a Bea que fuese a ver si Jeanice le había hecho algo. Al regresar Bea juro que estába pálida como su hubiese visto a un fantasma, me tomo del brazo y halo de mi, llevándome fuera de Hudson, me señaló una pareja que iba en la parte de atrás de Hudson y el corazón me estalló con fuerza, era Ariane con las manos atadas y un chico llevándola como saco de patatas.

— ¡Traje la moto de mi papá, corre! — le ordene a Beatrice, y empezamos a correr hacia donde estaba mi moto, no pensaba con claridad solo quería correr y salvarla, no se quien es el estúpido que hizo eso pero las pagará caro, y no le logre ver la cara porque llevaba máscara y estaba de espaldas.

— Los logre ver cuando salían del baño — dijo Bea, ya en el camino, yo iba como un rayo, persiguiendo el horrendo auto. Apreté mi mandíbula con fuerza.

— Que suerte que los lograste ver, no se quien pueda ser pero me encargaré de hacerle la vida imposible y destrozarle la cara — dije echando rabia por todo mi cuerpo, Beatrice se agarro con fuerza a mi por una vuelta brusca que hice.

— Tranquilo, llegaremos y la salvaremos — dijo ella tratando de reconfortarme mientras yo solo pensaba en mil formas de asesinar al maniático.

Los seguí sin ninguna duda mientras sentía como la sangre hervía en mis venas, me las iban a pagar caro si le hacían aunque sea una costa pequeña a Ariane. 

El quizá no se dio cuenta de que lo perseguíamos o no tengo ni idea si dejo que lo siguiéramos pero no me importó y seguí, lastimosamente el tomo un atajo, y a mi me costó cruzar de forma tan brusca, por lo que casi volcamos en la moto junto a Bea. La sostuve y vi a lo lejos como se alejaba el carro.

— Mierda... No lo podemos perder — Bea me miró impresionada ya que quizá fuese la primera vez que me oía decir una palabra así.
Hice caso omiso y le indique que se sentará bien y se agarrara fuerte que intentaría seguirle de nuevo.

Aceleró lo máximo posible viendo solo la mancha del auto a lo lejos.
Cuando logramos llegar, el hombre estaba vestido de negro y con una máscara que cubría su rostro totalmente, este, empujó a Ariane y ella con los ojos vendados y demás cayó de espaldas en un tipo de lago musgoso. Juraría que sentí que se me paralizaba el corazón.

No me importó que escapara el tipo.

— ¡ARIANE! — Grite cuando paso eso y salí corriendo a tratar de sacarla, pero ella logró quitarse la venda y miro a todos lados angustiada. Hasta que empezó a cerrar los ojos y corrí más rápido — ¡Vamos a ayudarte, tu tranquila! — grite, corrí y al sacarla de ahí con cuidado, entrando al lago y tomándola de la cintura para luego halar con más fuerza y sacarla. La lleve en mis brazos y me agache con ella en el suelo y la observe que aún respiraba, lo cual hizo que me regresará el alma al cuerpo.

— ¡Hay que llamar a una ambulancia, Beatrice! — busque a Bea con mi mirada y no la encontré — Rayos — dije entre dientes, sostuve a Ariane con un brazo y con el otro libre, con mi mano trate de sacar mi teléfono.

Un Amor Eterno AI#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora