[Blood of Kings] Reencarnación

Capítulo 5

CAPITULO 5 : "La carne y La sangre"

[Me abro camino con mis propias manos que están manchadas de sangre]

_/SANGRE_-√\

Portando un aspecto desagradable, bañado en fluidos y materia orgánica, solo el sonido de mi boca masticando era audible en esta extensa tierra de demonios.

Una sensación de malestar me invadía, mi paladar pasaba una y otra vez por un infierno en miniatura, pronto desarrolle repulsión a mi propia lengua, siendo que el carmesí me aprisionaba.

Mi estómago se vacío más de una vez, no pude contener aquello que subía por mi garganta, por lo que nuevamente terminó esparcido en el suelo. En cambio, mis papilas gustativas murieron una a una sin despedirse, una matanza en masa, pues en aquella noche la obscuridad me tragaba.

- …Que sabor más repugnante… -.

•••

Bueno, luego de quejarme, mi frío se fue, ya que me entregaron un abrigo de piel de oso, realmente me veo como un salvaje con esto…

En cualquier caso las noches aquí son insoportables, incluso con este abrigo mis extremidades están congeladas.

Ah, maldición, como me gustaría estar en mi camita acostado con unas lindas chicas, seguramente de esa manera no tendría frío.

Hablando de chicas, esa maldita de Elaine no me habla en lo absoluto, incluso cuando dijo que lo tendría en mente, no hemos hablado en años…

Ya verá esa diosa... Quizá me convierta en un dios con tal de burlarme de ella.

Bueno centrándome un poco, actualmente son las 7:00 am… en realidad es una mentira, realmente no sé que hora es, pero si sé que es temprano.

En cualquier caso, hoy comienza la batalla, los demonios actualmente se encuentran bajando la montaña, el ejército está en pánico, más bien, la humanidad está en pánico. Todas la estrategias y formaciones ya están listas, cada soldado se encuentra en su posición, el único flojo soy yo que estoy acostado en mi cama.

Supongo que no se dieron cuenta por qué no les importó en lo más mínimo. Bueno, que más da, me voy a poner mi armadura y salir.

Por mientras les comento que si recibí una armadura mágica, es de hierro negro, el que la hizo tiene un buen gusto, y luego está mi espada mágica, además de que se me entrego una daga.

Al haberme equipado con esto salí de mi tienda y me dirigí a la retaguardia de nuestro ejército, allí me coloque como cualquier soldado, pero había una clara diferencia que ellos comprendían.

Los demonios parecían hormigas, eran muchos, lo bueno es que la mayor parte se dirigía al centro de la alianza de la "luz" y nosotros estamos en uno de los extremos, nuestro ejército no es nada importante, por lo que en cualquier momento las naciones nos podrían mandar una orden suicida, ojalá se la manden a otro.