Momentos Sagicornio

Bebe

-Ni hablar- Se negó Shura a la petición de Mu.

-Oh vamos hermano, solo por esta tarde- Le pide con ojos de suplica a los que nadie podría replicar.

-No me pongas esos ojos no voy a caer, ya sabes que no me gustan los bebes- Le recuerda poniéndose a la defensiva con los brazos cruzados.

- ¿No te gustan o no sabes cómo cuidarlos? Yo creo que es lo segundo, tienes miedo de ellos, por eso dices que no te gustan- Sonríe el ariano al ver como el otro giraba su rostro.

Definitivamente había dado en el clavo...

-Que importa una cosa u la otra, el no seguirá siendo el mismo- Contesta aun tozudo negándose en redondo a cuidar del hijo de Mu.

-Solo necesitas practica Shura, además lo necesitarás cuando tengais tu y Aioros uno- Le guiña un ojo, riendo levemente al ver las mejillas sonrojadas de su hermano.

-Nosotros no...- Empezó a murmurar mas fue interrumpido por el peli lila nuevamente.

-Estoy seguro será hermoso, seguro te lo has imaginado, dime ¿Cómo te imaginas al bebé?- Le pregunta, haciendo que cayera en su trampa de engatusarlo.

Shura no dudo en responder, ya que por mas que lo negara si había imaginado muchas veces el como seria el bebé entre ellos dos.

-Tendría mi pelo y labios, mas el resto seria identico a Aioros, su sonrisa, su piel algo morena, sus hermosos ojos aguamarinas, su carácter, su amabilidad, su perseverancia...- Empezó a enumerar con una sonrisa inconscientemente, sin darse cuenta que su pareja lo había escuchado todo

-Yo desearía que saliera identico a ti, mi Shura- Sin darle al otro oportunidad, le abrazo por la espalda y posó sus labios en su cuello, haciendo estremecer al del signo Capricornio.

-A-Aioros... ¿Escuchaste todo?- Preguntó sonrojado al oír la respuesta de su pareja.

-Asi es mi querida Cabrita y ahora que oí cómo sería ese perfecto hijo, pienso hacerlo real, por lo cual lo siento Mu, pero mi cabrito y yo vamos a estar ocupados toda la tarde- Se disculpa con el Ariano, para luego tomar en brazos al peli verde/negro y llevarlo a la primera habitación que encontrarán, todo esto mientraS Shura protestaba por el camino, aunque sin poner mucho empeño de verdad.

Mu al ver como se retiraron aquellos dos sonrió a la par que salía del templo lentamente.

-¿Y ahora a quien dejare a cargo de mi pequeño bichito?- Se preguntó en voz alta, bajando los escalones hasta su templo.

A partir de ese dia Aioros y Shura dedicaban muchas horas en los días a intentar hacer realidad ese bebe perfecto, aunque por el camino disfrutaban de hacer aquella realidad...