Bad Daddy; ns

The Called.

Eran las nueve y veinte de esa mañana.

El rubio esperaba impaciente al lado de la puerta junto a Jared. Alex se tardaba demasiado y Michael ya había calentado el motor del auto, esperando que la "señorita" Alex se digne a aparecer.

-¡Por dios, pareces una mujer por todo lo que demoras! -Le gritó Jared al ver que el causante del retraso temporal bajaba de las escaleras haciendo una mueca de burla.-
-Piricis ini mijir pir tidi li qui dimiris -Lo imitó dramatizando todo, cerrando la puerta para luego caminar junto a los chicos hacia el auto.-

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-¡Jared ven aquí, deja de correr por todos lados! -Gritó el cataño medio histérico, el nombrado hizo un puchero, regresando a su lado.-
-¡Vamos a la montaña rusa! -Sugirió el pelirrojo, siendo apoyado por el pelinegro y el rubio.-
-Luego estarán vomitando el desayuno y marcharán sus zapatos -Regañó el de ojos trigueños, yendo hacia la boletería y siendo perseguido por los otros tres.-
-Por favor, por favor por favor -Rogó Niall, jalando de su camisa.-
-No estaré sujetando sus pertenencias hasta que salgan -Advirtió.-
-Claro que no lo harás porque subirás con nosotros -Habló Mike, pidiendo los boletos.-
-Oh no, eso si que no -Negó rápidamente haciendo un ademán de negación con su mano.-

-¡Sujetate fuerte Alex! -Gritó Jared dos segundos antes de que el juego comience y empiecen a avanzar, el castaño sintió que se le iría el corazón en cualquier momento.-

Las risas y gritos se oyeron por diez minutos, lo que duró el juego. Más tarde, cuando tuvieron que bajarse, todos se sentían mareados y por poco el rubio vomitaba en el suelo.

Al ver el algodón de azúcar, Jared y Niall fueron corriendo hacia el puesto que los vendía, logrando poner nervioso a Alex una vez más, quien los siguió con la mirada para no perderlos.

Michael llegó al poco tiempo junto a aquellos dos ansiosos, pagando lo que debían. Alex se les unió y los cuatro caminaron viendo a qué otro juego subir.

Luego de estar en los autitos chocones, el órbita, la casa fantasma y la rueda gigante, decidieron que era hora de regresar, sus estómagos rugían de hambre, reclamando comida.

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21:00

El rubio había estado mensajeándose con  Alexis toda la tarde discretamente. Aquel chico era realmente divertido y le hacía pasar un buen rato.

Harry llegó completamente ebrio y él recién había tomado una ducha hace no más de cinco minutos.

El oji-verde llegaba tarde como casi siempre, ese día se había follado a Carlos más de tres veces, bebieron juntos en la última hora y tuvieron sexo, estaba completamente cansado, pareciera que ese chico nunca tenía suficiente.

Lo que le gustaba de su secretario era esa actitud sumisa y un tanto acaramelada que poseía, siendo lo contrario al niño de orbes zafiros que tenía prácticamente secuestrado en su casa. Pero aún así, Harry prefería cien mil veces más follar a Niall que a cualquier otra persona en el mundo.

Luego de una ducha, la que bajó un poco su estado de ebriedad, se acostó al lado de Niall, suponiendo que éste ya se encontraba durmiendo. Pasó su mano por el abdomen de éste, atrayéndolo a su cuerpo, sintiendo su calor.

-Déjame dormir, idiota -Mustió el rubio semi dormido, acomodándose un poco.-
-Te extrañé, nene -Susurró en su oído, enviando corrientes eléctricas al cuerpo opuesto.-
-Tanto que llegas cinco horas más tarde -Dijo con ironía, queriendo tener la última palabra.-
-Si, bueno, Carlos sabe hacer buenas mamadas y tiene un buen culo -Llevó su mano hacia el trasero del pequeño, pellizcando una nalga.- Pero éste es cien veces mejor -Besó la parte trasera de la oreja de Niall, quien se apartó un poco con algo de asco, seguramente Harry algún día le contagiaría de sida o algo parecido.-
-¿Debería sentirme halagado? -Hizo esfuerzo para quitar la mano del rizado de su cintura, la cual presionaba con fuerza para no soltarlo.-
-Si, demasiado -Con rapidez se subió sobre su cuerpo, tomando sus muñecas con una mano y colocándolas sobre su cabeza, dejándolo inmóvil.-