Poema XXVII - Guerra

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"He visto perecer la esperanza
y descuartizar los anhelos,
mas siempre regresan, ¡velos!,
recuperan el camino y la bonanza.

Ya acechan los cañones
en pleno mar
y crecen los temores
cuando prenden fuego,
comienza ya el duelo,
¡la guerra va a estallar!

Cuando surcan los cielos
las saetas en llamas,
verás vanas
tus muchas ambiciones,
querrás llorar de muerte
y sangrarás en abundancia,
derramarás roja sustancia
y se encogerán los corazones.

El impío brío se hará presente
en el campo de batalla,
será la tempestad creciente
lo que hará blandir espadas
y convertir el todo en nada
por la causa de dos canallas.

Pues no dejan de ser eso las contiendas
que convierten en monstruo al humano
y mutan en epidémico lo sano,
que arrabata en el camino las riendas.

Yo, que he presenciado el caos
y estremecido me ha el estrépito;
yo, que he producido el crépito
y he gritado: ¡alejaos!

Se hundieron embarcaciones
sin importar su majestuosidad,
no hay en el mar naciones
por las que defender el ideal
que convierte el orgullo en real
aunque trivial sea su finalidad.

Es el pesar de los hombres
que no conocen al enemigo,
quizá pudiera ser su amigo,
¿y qué valor tendría?;
Carece de sentido
que se luche por un mandato
que no durará más que un rato,
¿de algo impedirlo serviría?

No hay destino ni dios
cuando rugen ambos bandos,
no hay hola ni adiós
cuando se alza a reinar la parca
que todo mar del mundo abarca,
¡cuán funebres son sus negros cantos!

Pues no dejan de ser eso las contiendas
que convierten en monstruo al humano
y mutan en epidémico lo sano,
que arrabata en el camino las riendas".

Cantar del Marinero Sagaz - La Leyenda PerdidaWhere stories live. Discover now