Más allá de la sociedad (Juliantina y Aristemo)

Capítulo 4- Temo

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Llegue a la casa donde estábamos rentando y encontré a mi hermana sentada viendo su celular.

—¿Qué haces?— se senté a su lado.

—Nada, ¿de donde vienes?— cambio el tema y guardo su celular ocultando algo.

—No cambies el tema, ¿que tienes?— ella me miro raro, quería que olvidara el tema.

—¿Tema? ¿Cuál tema?— me quede viéndola y así hablo— esta bien, paso algo hoy— por la sonrisa que puso me imagine lo mejor.

—¿Conociste a una chica?— le pregunté emocionado, no era un secreto entre mi hermana y yo saber que ella era lesbiana, me lo había confesado hace un año cuando la descubrí besándose con su "mejor amiga".

—Si— contestó y yo grite de emoción— callate, espera— miro hacia los lados viendo si no estaba la chismosa de Milagros escuchandonos.

—¿Dónde la conociste?— pregunté una vez que no vimos rastros de la chismosa.

—Hoy, en el parque. Se llama Valentina y tiene unos ojos hermosos, color azul cielo que cada vez que los ves te pierdes en ellos, es simplemente perfecta— suspiro y bajo la mirada sonriendo, me gustaba verla así.

—¿Le pediste su número o algo así?— su sonrisa se borro de inmediato— no lo hiciste—no era una pregunta, era una afirmación.

—No tuve tiempo, hablamos, después comimos en un puesto de hamburguesas y cuando nos despedimos solo me dijo adiós, beso mi mejilla y se fue. No me dio tiempo de decirle algo— acaricie su espalda dándole apoyo.

—Bueno, si esa chica es para ti te la volverás a encontrar, te lo aseguro— ella me sonrió y me abrazo.

—Ahora si, ¿de donde venias?— le empecé a platicar que salí al parque a caminar y le conte sobre Aristoteles, el chico que conocí— vaya, así que encontramos a nuestro amores en un parque— le hice una mueca.

—¿Amores? Te recuerdo que no soy gay— ella soltó un carcajada.

—Lo sé, solo esta bromeando— rió un poco y vimos llegar a mi mamá, nos levantamos para abrazarla.

—¿Qué tanto se secreteaban?— Juliana y yo nos mirábamos y después levantamos los hombros.

—No sabemos— dijimos al unison.

—¿Cuando será el día en que no se dirán los secretos y me los dirán a mi? Yo soy su madre, saben que los apoyo en todo—mire a Juliana y ella negó, no quería que mamá supiera su secreto.

—Un día mamá, un día— le dije sonriendo, ella negó y se metió a la habitación—¿cuando será el día que le dirás?—pregunte poniendo frente a ella.

—Mamá es muy religiosa, jamas lo aceptaria—pasó por a lado mío y yo me quedé pensando.

A la mañana siguiente...

Me puse la camisa, un poco de perfume y salí a desayunar.

—Hola hermosas— le di un beso en la mejilla a las dos, mi hermana y mi mamá.

—Hola guapo— me dijeron ambas.

—Juliana, saldré hoy al parque, me quedé de ver con Aris el chico del que te conte—ella asintió sabiendo de quien hablo—¿quieres venir?

—Claro, vamos— me sonrió y mi mamá nos miraba interrogativa.

—Aris es un amigo que conocí en el parque, puede darme trabajo para ayudarte mientras—ella me interrumpió.