Valentina y Aristoteles Carvajal son hijos de unos grandes empresarios del periodismo. Aristoteles o Aris como solían llamarlo sus amigos tenía con tal solo 16 años una vida planeada, tenía todo lo que un adolescente a su edad quería, pero tenía un...
Salimos de la preparatoria y subimos a la camioneta, veníamos hablando de las personas que no nos dejaban de ver y hacer preguntas sobre la revista, preguntas como ¿son novios? ¿Cuando llevan de noviazgo? ¿No eras heterosexual? ¿Tu novio no es Andrés?, la mayoría las respondimos y las otras las ignoramos, después de estar en la camioneta por alrededor de cuarenta minutos, bajamos de ella y llegamos a la mansión de Aris.
—Voy a la casa— le dije y salí por la puerta de la cocina para cruzar el jardín y llegar a la pequeña casa donde estábamos viviendo. Revisé la casa y Juliana todavía no llegaba y mi mamá llegaba hasta la noche, recorrí el pasillo que estaba a mi izquierda y abrí la puerta de mi habitación, la observé viendo como la había dejado después de que el fin de semana acomode un poco lo que había traído de Texas.
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Suspiré, deje la mochila en el suelo y me deje caer en la cama, mire el techo y de nuevo la misma pregunta rondaba en mi cabeza. ¿No eras heterosexual? Odiaba que me preguntaran eso, odiaba que la gente tenía etiquetas para todo, que si eres gordo, que si eres flaco, que si estas alto, que si estas chaparro, que eras feo, que eras guapo, ¿por que todo tenía etiquetas? Solo somos lo que somos, humanos, por que esa necesidad de que las personas etiqueten todo, el etiquetar que si eres heterosexual, bisexual, lesbiana, gay, me tenía harto, solo eran personas enamorados de otras personas, ¿por que esa necesidad de dejar en claro lo que eras?, jamás he visto como alguien llega y me dice que es heterosexual, que llegue y me aclare que le gusta su sexo opuesto, ¿por que los gays, las lesbianas y bisexuales tenían que aclarar lo que son? Era lo que siempre me preguntaba, nadie debe aclarar lo que es, por que simplemente es una persona, una persona como cualquier otra.
—Hey— levante la mirada para ver a Juliana recargada en mi puerta— ¿todo bien?
—Si, llegué y no estabas, ¿donde andabas?— puse mis codos en la cama para levantarme un poco y mirarla.
—Salimos de universidad y fuimos a comer a un café, ¿tienes hambre? Para prepararte algo— se acercó y se sentó en mi cama.
—Estoy bien, pase a la cafetería de la prepa y compre algo antes de venirnos— le sonreí de lado y en eso alguien toco la puerta, nos miramos y nos pusimos de pie para ir a ver, Juliana abrió y se encontró con Aris.
—Hola— le sonrió y beso su mejilla como saludo— venía para ver si querías jugar un vídeo juego nuevo que acabó de comprar, ¿que dices?— me miró con una sonrisa que correspondi.
—Por supuesto, regresó más tarde— le dije a Juliana antes de besar su mejilla y salir de la casa para ir a la mansión. Entramos por la puerta de la cocina y nos topamos con Valentina, la salude de beso y después seguimos nuestro camino a su habitación, llegamos y me volví a sorprender como la primera vez que la vi.
