Día 3 (IV)

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José y el chico estaban sentados viendo un programa de TV, y Joaquín estaba acostado apoyando su cabeza en las piernas de José. Escucharon tocar la puerta del estudio, y el chico se levantó rápido del sofá para abrir la puerta. Pedro entró con tres cajas y una bolsa plástica con las bebidas. Joaquín emocionado tomó las cajas y las llevó al comedor. El padre se negó a entrar, y le entregó la bolsa plástica a José.

—Lamento mi comportamiento de antes, debes entender que esta situación no es nada fácil para mí.

—No te preocupes, dentro de menos tiempo del que crees vas a apoyarlo en lo que él quiera hacer.

—Espero que tengas razón en eso.

—Claro que sí, el amor lo puede todo, ya verás.

—Bueno me voy para que cenen, vengo mañana como a eso de las 9:00 am para traerle ropa y llevarlo a desayunar.

—Perfecto, pero si él quiere desayunar algo, yo mismo se lo preparo, no te preocupes.

—Él no es tan fácil para el desayuno, ya verás.

—Siempre estás tú para venirlo a buscar para desayunar.

Se despidieron y José se dirigió a la mesa del comedor, donde Joaquín lo esperaba con ansias para cenar. El hombre buscó unos vasos, unos platos y cubiertos para comer, pero Joaquín le protestó, agarró un pedazo con la mano y comenzó a comerla. José le colocó el plato de igual manera para que pusiera el pedazo de pizza si lo deseaba. Terminaron de comer, recogieron la mesa, y Joaquín se animó a lavar los dos platos con sus cubiertos y los vasos. Luego regresaron a la sala a seguir viendo televisión un rato, estaban viendo un programa de concurso de comediantes.

El tibio cuerpo de José empezó a excitar al chico, y él comenzó a acariciarle la pierna, dejando pasar suavemente los vellos por entre sus dedos, y José pasó su brazo sobre el hombro de Joaquín para sentir mejor su olor y el rico calor de su cuerpo. La mano de José comenzó a acariciar el hombro de Joaquín, y él pasaba su mano por la pierna del hombre y la metió entre sus piernas. La piel de José se erizó y se movió un poco, haciendo que su pene creciera y se pusiera cada vez más duro. Con el brazo que tenía sobre los hombros del chico, le tomó el cuello y lo besó con suavidad, frotando su lengua por los labios de Joaquín. El chico se emocionó y metió su mano dentro del pantaloncillo de José y le agarró el pene para masturbarlo. El hombre soltó un gemido en la boca del chico al sentir la viril mano que lo masturbaba, comenzó a acariciar el pene de Joaquín por encima de su pantalón, que ya estaba duro.

Las lenguas jugaban dentro de sus bocas, y de vez en cuando se lamian los labios el uno al otro. José empezó a desabotonar la camisa de Joaquín, y el chico dejó de masturbarlo para acariciarle el pecho sobre su franela. Con la camisa abierta, el hombre lo acarició con las yemas de los dedos desde el abdomen hasta el firme pecho del chico, pasando sus manos por encima de las tetillas. Dejó de besarlo, metió las manos por dentro de la camisa, y se la sacó por los hombros, acariciando su cuerpo. Vio con deseo al chico y le pidió:

—Quítame la franela.

El chico metió las manos en el abdomen de José y subió la franela hasta sacarla por la cabeza. Empezó a besarle el pecho y acariciarlo. Siguió besando su pecho, chupó suavemente las tetillas y bajó a su abdomen, besándolo y pasando los dedos por los pocos vellos entre el ombligo y el pene. José tomó una bocanada de aire y le pidió:

—Quítame los pantaloncillos.

Joaquín los agarró por la cintura y empezó a bajarlos con suavidad, dejando salir el erecto pene de José, le dio un beso en la punta, y sacó los pantaloncillos por sus pies. Acarició las piernas del hombre desde abajo, disfrutando los vellos que acariciaban sus dedos, agarró el pene con su mano y se lo metió a la boca, y comenzó a chuparlo. José acarició la cabeza de Joaquín, y agarró con fuerza su cabello cuando el chico se tragó por completo el pene, ahogándose un poco. En el momento que Joaquín miró a los ojos al hombre, y él le pidió:

Escort para un retrasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora