La Emoción De Una Fans.|Nelson Farías

Capítulo 18

-¿Pueden dejar el misterio? -hable un vez nos subimos al ascensor.

Estaba nerviosa, realmente no sabía quién se podría encontrar ahí abajo, pero tenia una idea de quién podría ser.

-¡No te diremos!-chillaron las dos al mismo tiempo.

El ascensor se paró justo en el piso que vive Sol.

-Nosotras nos quedamos aquí.-hablo Fernanda.

-¿Que? -susurre abriendo demasiado los ojos.

-Bueno...-empezó Sol

-Sol y yo no queremos presenciar la conversación. -Terminó Fernanda.

Asentí comprendiendo, mientras las veía salir de este aparato del demonio.

-¿Me podrían decir quien es?-volví a decir como por quinta vez.

-No.-fue lo único que dijeron antes de darme la espalda.

Considere la posibilidad de subir a mi casa de nuevo, que por cierto no era mala idea, para nada.

¿Quién me podría estar esperando?

Quería saber quién era, realmente la curiosidad es demasiado grande.

¿Podría ser...?

No.

Suspire justo en el momento que el ascensor se abría, muy bien ¿A dónde se supone que me tengo que dirigir?

Salí del asesor y mire hacia todos lados tratando de localizar a alguien conocido para mi.

¿Para esto baje?

De un momento a otro empecé a debatir que tan buena había sido esta idea, confió en Fernanda y Sol pero ninguna me quiso decir quién era...¿No es sospechoso?

Justo cuando ya me había cansado de buscar a alguien -Sin mucho esfuerzo, claro.- me devolví hacia el elevador.
Estaba tan aburrida que me había quedado hipnotiza contando los pisos por los que venía bajando el ascensor, que no me di cuenta que alguien estaba parado detrás de mí, si no hasta que sentí un jalón de pelo.

Asustada voltee dispuesta a repartir un par de golpes, por si fuera necesario.

Pero al ver aquel rostro empecé a debatir de si aquello sería buena idea.

Nuestras miradas se habían conectado, yo lo miraba y el me miraba, por alguna razón había algo más allá de su mirada que me estaba empezando a incomodar.

Tenía un gran impulso de decirle muchas cosas y a la misma vez nada, y por la manera en que el abría y cerraba la boca podría decir que le estaba pasando exactamente lo mismo.

Después de un horrible silencio por fin tome el valor suficiente para decir algo.

-Mmm ¿Hola? -Bien, nunca dije que lo que fuera a decir iba hacer muy inteligente de mi parte.

-Ah…mmm… ¿Cómo estas? -¿Es en serio? Estoy bien estúpido, gracias por preguntar.

Bufe fuertemente antes de empezar a negar con mi cabeza.

-¿Qué quieres?-Lo mire acusatoriamente, su visita no creo que haya sido algo bueno.-Por si no te has dado cuenta estoy bien.

Me miró con ojos arrepentidos.

-Yo…realmente lamento lo que sucedió en la fiesta.- Hizo un pequeño puchero. Para ser sincera si se veía un poco agotado.- Me equivoque.

-El problema no es lo que hiciste, el problema es que aún sabiendo todo el daño que me iba a causar eso, lo seguiste haciendo.-Subí mi mirada hasta el techo tratando de controlar mínimamente las lágrimas. -Yo…no estoy segura si realmente en algún momento fuiste mi mejor amigo o me consideraste tu mejor amiga.-Me reí entre cortadamente a causa de las lágrimas que estaba aguantando.- Cuando me dejaste, cuando te vi con ella...no sentí nada, sólo traición.

Samuel me miró totalmente arrepentido por todo lo que acababa de decir.

Yo sabía por qué realmente lo había hecho, seguía pensando que estaba enamorada de el, lo sabía.

-No fue mi intención.-Se limitó a decir.-Yo realmente nunca quise hacerte daño.-Hablo después de una larga pausa.

Cuando abrí mi boca para decir algo de lo que probablemente después me arrepienta, el empezó a negar con su cabeza mientras empezaba a dar pasos hacia atrás.

Samuel me conocía mejo que nadie y sabía que faltaba muy poco para decir algo que realmente lo lastimara, yo era así, ese era mi mecanismo de defensa.
Sin darme oportunidad de nada, dio media vuelta y se fue lo más rápido que pudo. Pude detenerlo, pero preferí dejarlo ir.

Muchas veces no aferrarnos a personas que nos hacen mucho daño, sin darnos cuenta que sin su presencia estamos mejor.

Hace rato que el ascensor había subido de nuevo, lo había dejado ir y no tenía ánimos de llamarlo. Podría a ver esperado que el ascensor volviera a bajar pero realmente no tenía animo ni para presionar un simple botón, había subido todos los pisos hasta mi casa por las escaleras.

Necesitaba tiempo para mi, para pensar para todo realmente, se supone que me había ido a donde mi tía para pensar, pero creo que sólo estaba huyendo de los problemas, y ahora me tocó afrontarlos.

Para cuando entre al departamento Fabiana se había ido ya con su marinovio-Marido/novio- por qué realmente ella se estaba quedando en su casa, pareciera más bien que estaban viviendo juntos.

Entre directo a mi habitación sin prestarle mucha atención a nada y me senté en el pisos una vez tranque la puerta, realmente no sabía por que, pero me parecía últimamente más cómodo el piso que la cama.

Estaba empezando a estresarme, no tenía absolutamente nada que hacer. Fernanda y Sol se deberían estar arreglando para ir al famoso bazar, y tampoco quería hablar con ellas después de lo que pasó.

Había intentado entrar a Facebook de nuevo pero no me había cargado nada, el Internet se había caigo.

Entraré en depresión realmente.

Me quedé unos minutos pensando hasta que me acordé de la Tablet, no se por que no lo había pensado antes, tenía tantos años sin usarla. Después de un rato buscándola la encontré metida entre unos cuadernos que no usaba, solamente tenía un problema o dos, no había Internet y estaba descargada.

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Estaba terminando de ver el un episodio de mi serie favorita en la televisión cuando me fijé que el router había prendido todos sus bombillitos ¿Saben que significa? Había llegado el Internet.

Sin perder tiempo corrí a buscar la Tablet, me había costado recordar la contraseña pero cuando la pude desbloquear me di cuenta que tenía el almacenamiento lleno de tantos juegos que tenia. Eliminando algunos juegos pude descargar aplicaciones básicas: Facebook, Instagram, Messenger, WhatsApp y Twitter. La primera aplicación que abrí fue Instagram y lo que había encontrado me había dejado algo sorprendida, tenía  52 direct de Nelson.

¿Se supone que debería leerlos? ¿Aún que sea valía la pena?

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¿Qué creen que pueda decir esos mensajes?
Muchas cosas pasaran, y los papeles se invertirán.