Guardé silencio, mientras los tres caminábamos detrás del rector, este caminaba entre nosotros, aunque se encontraba más cerca de mí que de los otros. Levanté mi mano, toqué mi labio, había un pequeño corte justo en la comisura derecha. Pero, HoSeok no estaba para nada limpio, su nariz aún sangraba, y muy probablemente cuando amanezca, mañana, tendrá un lindo moretón en el ojo. Era un malnacido, se merece mucho más que eso.
Llegamos a su oficina, entramos y nos sentamos frente al rector.
-¿Y bien, quién va a comenzar? -empezó diciendo, y se cruzó de brazos, poniéndolos encima de su escritorio, sin dejar de mirarnos, a los tres.
HoSeok abrió la boca para hablar en un intento fallido.
-Yo.. -habló esta vez, TaeHyung.
Solo me limité a mirarlo.
-Lo escucho.
-Resulta que el señor Jung se puso un poco violento, y JungKook.. solo intentó defenderme.
-¿Violento? -preguntó el rector.
-¡No seas cínico! -lo atacó HoSeok.
-¡Cállate! -le advertí.
-¡Señores! ¡Señores!, ¡Tranquilos! -elevó un poco su voz, haciéndola sonar grave -Como sea que hayan sido las cosas, saben bien que no hay que utilizar la violencia.
-Eso dígaselo a él -señalé a HoSeok.
-No voy a suspenderlos, no creo que eso sea.. tan necesario, pero otro problema más para ti Jeon, y será el último.
-Pierda cuidado -dije despreocupado.
Se puso de pie y nos despachó de su oficina. Al salir, miré con furia a HoSeok y este también lo hizo, nos mirábamos de la misma forma y con la misma intensidad.
-TaeHyung, necesito que hablemos -le dijo, regresando su vista a él.
Rió sarcásticamente.
-Vete al demonio -respondió y empezó a caminar, alejándose.
Sonreí y le hice un gesto con los hombros al imbécil que tenía al lado, y fui tras Tae. Lo alcancé y giró a verme.
-Vamos a la enfermería -sentenció.
-No, ¿para qué?. No hace falta, esto se cura solo.
-No seas terco, vamos.
Revoleé los ojos e hice lo él quería.
Se sentó frente a mí, al llegar a la enfermería. Tomó un botiquín, sacó el algodón y lo humedeció con alcohol. Con cuidado se acercó a mí y apoyó el algodón cerca a la comisura de mi labio.
Busqué su mirada, pero él estaba muy concentrado en la pequeña herida, como para notarla. Agarré su mentón e hice que me mirara.
-No tenías que hacer eso..-me habló apenas coloque mi mirada sobre la suya.
-No tolero a los "gallinas" que utilizan su fuerza, solo para mostrar su disque superioridad -le respondí.
-Igual, no debiste. ¿Qué pasaba si te suspendían?
-No te preocupes, cariño -sonreí -Se que quieres verme todos los días, pero.. ¡Auch!.
Apoyó con un poco más de fuerza el algodón en la herida que tenía.
-Mejor cierra la boca -afirmó y continuó curándome.
Dirigí mi mirada a uno de sus brazos, ahí estaba, la marca del agarre de esa bestia, estaba encima de su sensible y preciosa piel.
-¡Es un animal! -gruñi y tomé su brazo con cuidado.
