Séptimo Capítulo

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—Entablar una amistad con un desconocido como tú. —Leyó en voz alta y con una sonrisa grande.

Yoongi había leído la carta por sexta vez en el día; durante sus clases, el almuerzo y ahora durante su recorrido a casa en el metro.

Y pensando en que es lo que respondería, se había encontrado con que no sabía exactamente el porqué decidió leer la carta que desencadenaría toda esta situación.

—Ay Kim Eunmi, la verdad es que yo tampoco lo sé con exactitud. —Yoongi bajó del metro y comenzó a caminar hacia su casa con pasos lentos y relajados. Su camino diario era corto pero por la misma razón también era aburrido.

Las palabras sin voz de la carta daban vueltas en su mente y algunas veces sonreía ante ellas, Yoongi no tenía idea de quién era Eunmi pero pensaba en ella como alguien dulce y complicada de entender, así como él resulta ser.

Su casa estaba a tres pasos de él, se veía linda y acogedora pero a veces para el resultaba todo lo contrario.

Por la hora, su padre debe estar a punto de llegar y su madre está preparando la cena antes de que él llegue. Su hermano mayor debe estar estudiando y pensando en lo mucho que quiere dejar de hacerlo.

Al entrar, la cocina desprendía un olor exquisito pero también colaba pequeños gritos de desesperación por parte de su madre hacia su hermano. Yoongi, al igual que siempre se acercó a quien le regaló la vida y con un beso en la mejilla saludó.

Su hermano bajó por las escaleras y con una sonrisa le recibió.

La puerta de su habitación estaba cerrada, y al abrirla se encontró con la misma habitación que dejó el irse, tal como él deseaba encontrarla.

—Hoy de verdad quiero dormir. —Anunció a la nada, dejando su mochila en la silla de su escritorio.
Su espalda se recostó sobre la cama y soltando un suspiro dejó que el sueño se apoderara de él lentamente.

3:27 a.m.

Las piernas de Yoongi dolían y a causa de eso él despertó.
Él se había quedado dormido de la peor manera que pudo haber hecho; su cuerpo descansaba sobre la cama, pero sus rodillas y la parte de abajo de ellas caían de la cama, haciendo que la circulación de estas terminara y provocara tal dolor.

Yoongi miró la hora que marcaba el reloj de su muñeca y tras mirar la hora hizo un puchero:
—Mamá no me llamó para cenar. —Dijo sorprendido. Sus cuerpo se levantó de la cama y con la sensación de que sus pies no darían de sí para caminar, intentó levantarse.

El primer intento resultó terrible, ya que sus pies no se sentían como parte de él: —Vamos, tengo hambre. —Río moviendo en círculos sus pies, levantándose por fin.

Con pasos lentos y risas silenciosas bajó hasta la cocina y buscó en el refrigerador algo para cenar, sacando platos y calentadolos en el microondas esperando que nadie escuche y se moleste por el ruido.

Regresando de nuevo a su habitación con todo lo que preparó para cenar, se sentó en el escritorio teniendo como vista su mochila; lo que le hizo pensar en la respuesta que debía dar a la de la carta extraviada.

—Kim Eunmi. —Comenzó a recitar en voz alta y a negar al mismo tiempo. —Querida Eunmi. Apreciada Eunmi. ¿Por qué todo suena tan raro? —Se reclamó.

Su papel estaba vacío así como su plato, sus dedos hacían sonar a la mesa y su voz hacía ruidos que ni él entendía.

—¿Que no suena raro?

—¿Que no suena raro?

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Love letters to Min Yoongi.Where stories live. Discover now