El llegar a la adolescente siempre era tomado de forma distinta por cada persona. Desde los más tranquilos buscando disfrutar su soledad, hasta los jóvenes rebeldes que preferían una buena noche de alcohol y drogas.
Joaquín simplemente se mantenía...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
JOAQUÍN BONDONI.
Mis pies intentaban mantener equilibrio y evitar caer contra las resbalosas losetas que cubrían el suelo. El estrecho pasillo era largo y un tanto silencioso, haciendo que los únicos sonidos que se emitieran eran el de mis zapatos golpear el piso, las ruedas de mi maleta corriendo y los pasos apresurados de mi mejor amigo a mi lado.
Nuestro vuelo se había atrasado debido al mal clima que había atravesado nuestra ciudad, lo cual era un problema puesto que nosotros debimos llegar una hora antes a la gran preparatoria, ya que aquel día nos darían un recorrido por toda la institución, al mismo tiempo nos darían nuestros horarios y nos mostrarían el edificio en dónde nos quedaríamos en nuestra estancia.
Miraba los pasillos de alrededor, intentando encontrar a alguien pero parecía que el edificio estaba completamente solitario, ya que no parecía que hubiera algún alumno o profesor, siquiera alguien vivo en éstos lugares.
—Es raro, ¿no crees? — preguntó mi mejor amigo a mi lado, llamando mi atención y haciendo que disminuyera mi velocidad para así dejar de correr.
Lo miré desentendido mientras intentaba regular mi respiración, puesto que estaba un tanto agitado.
—¿A qué te refieres? — cuestioné mirándolo mientras seguía caminando.
—No hay ningún alumno por aquí, ni siquiera algún trabajador de limpieza — se encogió de hombros intentando hacerme entender que su respuesta era predecible.
—Llegamos tarde, Nikolas — respondí con obviedad en señal de su comentario —. Supongo que no hay gente encargada de la limpieza porque eso ya lo habían hecho, alumnos no hay porque de seguro están en sus habitaciones, es sábado y aunque los de primer semestre seamos nuevos, deberán estar en otro edificio con sus guías.
Él me miró intentando analizar las palabras que había pronunciado, ya que parecía demasiado entretenido susurrando cosas mientras miraba los pasillos que daban directo a varias puertas de habitaciones.
—Así que supongo que como nosotros perdimos nuestro guía, ahora debemos investigar por nuestra cuenta donde queda cada lugar, ¿no es así? — pronunció no tan seguro de lo que había dicho.
—Sí, creí que ese era nuestro propósito — comenté observando más a fondo el lugar en donde pronto estaríamos viviendo.
Estábamos en el final del pasillo de donde veníamos, al parecer era un tipo recepción o una habitación donde varios alumnos se quedaban a relajarse, era espacioso el lugar y habían varios sofás de un color rojo intenso adornando las esquinas, había una pequeña mesa de vidrio, unas cuantas plantas colgadas que servían como una bonita decoración, una máquina expendedora también se encontraba ahí, haciendo comprender un poco más mi teoría.
—Joaco, deberías ver ésto — mi acompañante miraba un letrero que estaba colgado debajo de una señal indicando que las escaleras estaban al final del pasillo que daba inicio ahí.
