Una misteriosa mujer aparece en la costa de Kattegat tras una fuerte tormenta. Los hijos de Ragnar la encuentran y deciden darle cobijo al conocer su historia, sin embargo, la mujer llegó a Kattegat con un propósito pero este se ve turbado cuando co...
Pronto llegaría la primavera y a consecuencia, todo Kattegat hablaba del enlace entre Ubbe y yo. En efecto. La boda siguió adelante cuando Ubbe le explicó a Torvi lo que sentía realmente y todo quedó en un simple desliz por parte del hijo de Ragnar.
Ivar y yo éramos más cercanos que nunca. Era más fácil y rentable mantenerle contento. Me uní a su causa de gobernar juntos Kattegat, pero sin matar a Ubbe. El "Sin Huesos" era mucho más listo de lo que creía y sabría apañárselas bien para lograr su cometido.
Las chicas terminaban de colocarme una preciosa guirnalda de flores en mi pelo, ahora suelto y con diferentes trenzas a ambos lados de la cabeza. Llevaba un vestido blanco hasta los pies y un bonito ramo de unas flores azules muy típicas de aquella zona. Hoy harían un sacrificio a los dioses para que el matrimonio entre Ubbe, el hijo de Ragnar, y yo, fuese eterno. Estaba de espaldas a la puerta cuando las chicas soltaron un pequeño grito.
-¡No puedes entrar aquí!-gritó una de ellas
Me giré rápidamente y vi a Ivar erguido, usando su apoyo. Me observó con sus penetrantes ojos azules y dibujó una sonrisa de medio lado en sus labios.
-Tranquilas, está bien. Todas fuera-ordené
Las chicas salieron rápidamente de allí y me levanté para ponerme delante de Ivar. Nunca me acostumbraba a su altura ni a su corpulento cuerpo.
-Estás muy hermosa, Hela-la mano de Ivar fue a mi mejilla y sus dedos acariciaron mi piel con delicadeza
Sujeté su mano y besé sus nudillos con ternura. Había tenido la suerte de conocer a un Ivar que pocos sabían que existía. Solo había que tratarlo bien y él te daría lo mejor de sí mismo.
-No debes estar aquí mucho más tiempo. Pronto empezará la ceremonia-le advertí
-¿Sigues conmigo?-preguntó el muchacho, mirándome a los ojos
-Sabes que sí-le susurré-Pero lo haremos a mi modo
Me observó detenidamente, recorriendo cada ápice de mi rostro como si fuera la última vez que pudiera verlo. Me incliné sobre la punta de mis pies y traté de besar su mejilla, pero él giró un poco su rostro y besó mis labios.
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Su mano pasó por detrás de mi nuca y sentí su respiración agitada. Apoyé mis manos sobre su pecho y me alejé un poco, agachando la mirada.
-Ivar, no. Este no es momento ni lugar para esto-le dije algo nerviosa por si lo había enfadado
El volvió a acariciar mi mejilla y mostró una sonrisa algo más forzada.
-Te estaré esperando-dijo Ivar antes de salir por la puerta
La ceremonia dio comienzo al medio día y tras convertirnos en marido y mujer, el pueblo hizo una gran celebración que prosiguió en el gran salón. Sirvieron carne, cerveza, vino, hidromiel y demás manjares. La gente reía y festejaba el gran momento. Mi atención fue a Ubbe, que hablaba con Bjorn junto al trono.
