Parte 26-La furia del mar

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Narra Ivar

El idiota de Esben por fin había salido del gran salón y me relajé sobre mi silla mientras bebía cerveza y le lanzaba miraditas a Hela, la cual, no dejaba de caminar de un lado a otro de la sala murmurando y maldiciendo. Las puertas se abrieron y dieron paso a Ubbe, que parecía fatigado y molesto. Esto se ponía divertido.

-Te dije que no hicieras nada estúpido-le advirtió Hela a mi hermano

-¿Más estúpido que aceptar matrimonio con ese príncipe?-le reprochó Ubbe

Bebí de mi cuerno, observando la escena con atención. No podía dejar de sonreír porque todo esto me resultaba gracioso. Hvitserk parecía confuso, pero él siempre tenía esa cara.

-Lo acepté porque necesitábamos hombres, Ubbe. Lo mataré en cuanto se me presenté la oportunidad-señaló Hela con rabia

-¿Matarlo? Por Odín ¿Tú te oyes? Si se enteran de que mataste a Esben, todo su ejército se volverá contra nosotros y nos matarán. Nos doblan en número

Carraspeé de forma sonora. Todos me miraron de inmediato.

-¿Y si lo mata el enemigo? ¿Uhmm?-pregunté, llamando la atención de todos los presentes-Puede que una flecha enemiga le atraviese el corazón. Nadie sospecharía de la preciosa Hela sollozando desconsolada en el cuerpo sin vida de su querido y futuro esposo

Ubbe me miró con aquella cara que tanto me molestaba, sin embargo, Hela parecía muy convencida de mi idea. Le dediqué una sonrisa a la mujer y luego miré a Ubbe con aires de superioridad.

-¿Ves Ubbe? ¿Para qué quiero dos piernas si no uso el cerebro?-pregunté con maldad, esperando enfadar a mi hermano

-Ya basta. La idea de Ivar es buena. Si uno de nuestros arqueros usa una flecha sajona y mata a Esben desde algún punto ciego o durante un revuelo, nadie sospechará de nosotros. Es la mejor idea que he oído en todo el día-señaló Hela

-No puedo creerme lo que estoy oyendo-farfulló Ubbe antes de mirarnos a todos por igual


Narrador Omnisciente

Habían pasado los días y con ellos las semanas. Los barcos estaban preparados para zarpar a Inglaterra, sin embargo, hubo planes fuera de tiempo y tanto Hvitserk como Ubbe se unieron a la incursión nuevamente.

Dos días antes...

-¡¿De verdad crees que te dejaré ir sola con Ivar?!-gritó Ubbe mientras se levantaba del trono-No solo hago esto como rey, Hela, lo hago como marido

La mujer agachó la cabeza y apretó los puños. Tras varios segundos en silencio, levantó la mirada, dispuesta a decir algo, pero nuevamente se vio interrumpida.

-Sé que vuelves a estar en cinta, Hela, pero ese no es mi hijo ¿verdad? Hiciste algo con Ivar en Khesla y no me lo puedes negar

-¿Ha sido Kolbeinn?

-Lo mandé para que os vigilara, no me fiaba de mi hermano. Y ahora también tengo mis dudas contigo

La mujer soltó una risa hiriente y se giró, dándole la espalda a Ubbe. La mano del rey se posó sobre el hombro de la joven, pero esta no tuvo valor para volver a mirarlo. La mujer sabía que no estaba actuando bien, pero no podía volver a fallarle a los dioses, no después de la segunda oportunidad que le estaban dando. Hela notó la presión sobre su hombro y la respiración de su esposo muy cerca de su oído.

-Iré a esa cruzada te guste o no. Soy el rey y mi voluntad se cumple-Ubbe se alejó caminado- Avisaré a Hvitserk para que se prepare. Los hijos de Ragnar irán juntos a Inglaterra

Actualmente...

Hela subió al drakar donde viajarían todos los hijos de Ragnar. Kolbeinn también iría en ese barco, portando los artefactos de Ivar. La chica miraba con recelo al enorme guerrero. Ya no sabía si fiarse de él, aunque Kolbeinn seguía órdenes de su rey. Esben y sus hombres viajarían en otro barco distinto, pero no perdía de vista a los Ragnarson ni a su futura esposa, Hela.

-¡¡Suelten amarras!!-gritó Kolbeinn

-Ya era hora, empezaba a desesperarme-se quejó Ivar, apoyado en el borde de estribor

Hvitserk miró a su hermano menor mientras soltaba una sonrisa, luego observó a Ubbe, situado en la proa, vigilando el camino hasta las tierras sajonas.


Narra Hela

Ubbe estaba molesto conmigo y podía entenderlo a la perfección, sin embargo, mi único sueño era dar a luz a este niño y por fin liberarme de la carga que los dioses me habían impuesto. Amaba a Ubbe y quería hacerlo feliz, sin embargo, mi comportamiento estaba siendo el de una mala esposa. Luego estaba mi falsa unión con Esben, el cual, no dejaba de observarnos desde su barco. Él no sabía de mi embarazo ni de mi matrimonio con Ubbe al igual que tampoco sabía que acabaría perdiendo su vida en esta batalla por conquistar un pueblo sajón.

Alcé mi mirada al cielo cuando una brisa fría y húmeda revolvió mi pelo con fuerza. Las nubes negras empezaban a cubrirlo todo y la mar mecía el drakar con fuerza. De manera instintiva, mi atención fue a Ivar, este sacaba la cabeza por la borda y vomitaba. Yo ya había vivido esto antes.

-¡Agarraos!-gritaron con fuerza desde alguna parte del barco

Una ola de varios metros golpeó la proa y el barco se alzó con fuerza, chocando bruscamente con el agua. Aquello me obligó a sujetarme fuertemente al mástil, pero lo que no esperaba es que una segunda embestida nos golpeara por el lateral. El drakar se levantó por el lado izquierdo. Hvitserk se sujetó al borde del barco y trató de sujetar también a su hermano Ivar, pero el esfuerzo fue en vano. El menor de los hermanos cayó al agua bajo la atenta mirada de todos. Miré a Ubbe con desesperación y este negó con la cabeza con resignación antes de zambullirse de cabeza en el alborotado mar. El drakar volvió a su posición y los hombres recogieron las velas y trataron de estabilizar el barco por todos los medios. Corrí hasta la borda del barco y miré al agua con mis ojos cristalinos. Mi respiración estaba acelerada y el corazón me iba a mil.

-¡¡UBBE!!-grité con todas mis fuerzas

La tormenta descargó con toda su ira sobre nosotros. Thor, Odín...todos estaban anunciando algo terrible. La mano de Kolbeinn se posó sobre mi hombro y aquello no me trajo ninguna paz ni me trasmitió ninguna consolación. El mar estaba enfadado y mi esposo estaba en él, buscando a su hermano por mi culpa.

-Ubbe...-balbuceé antes de caer de rodillas en la cubierta

No veía a Ubbe, tampoco a Ivar y que decir que tampoco veía los barcos de Esben. Comencé a llorar, desesperada por no poder hacer nada. Ahora Hvitserk también se ponía a mi lado, buscando desesperadamente a sus dos hermanos. Solo necesitaba una señal para saber dónde estaban.

-Levántese mi reina. Ahí están-señaló Kolbeinn

Apenas escuché aquello, me arrastré hasta la borda y sonreí entre lágrimas. Ubbe estaba bien y no solo él, traía a Ivar. Hvitserk y Kolbeinn subieron a Ivar mientras yo ayudaba a Ubbe. Este se sacudió como un animal y luego miró con semblante serio a su hermano menor.

-¿Está vivo?-preguntó Ubbe

Sujeté su rostro con mis manos y le obligué a mirarme. Abrió sus ojos, dejándome ver los azules y profundos que podían llegar a ser. Quería besarle, pero si Esben se enteraba, no tardaría en marcharse con todos sus hombres.

-Tú estás vivo y eso es lo único que me importa

Ubbe no pudo mediar palabra porque la tos de Ivar nos trajo de vuelta a la realidad. Su hermano estaba vivo y era gracias a Ubbe. Me quité la manta de pieles que reposaba sobre mis hombros y la coloqué sobre los de mi esposo. Ubbe me mostró una débil sonrisa antes de alejarse y volver a sus quehaceres.

Vástago (Los hijos de Ragnar y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora