Hoy te vi feliz.

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Quiero un trío :v lo necesito. Si les gusta y quieren que continúe tal vez tendremos a JacexSimonxRaphael porque me gusta, lo siento :v YOLO. No sé porqué pongo a Clary como una perra, pero sé que lo necesito.

Clary suspiro resignada observando cómo Simon sonreía tan abiertamente hacia Raphael. Algo latía con fuerza en su pecho, algo dolía como el mismo infierno cada que Simon sonreía hacia el vampiro mayor dejando ver sus colmillos de una manera tierna. Jace tomo el lugar vacío a lado de la pelirroja y sostuvo sus manos que estaban cerradas con fuerza dejando casi blancos los nudillos. Había intentando conseguir que Simon le ayudará a interrogar a Camille para que le dijera la ubicación del libro que podría salvar a su madre. Pero él chico había negado con nerviosismo. Mientras jugaba con las mangas de su ropa, entonces había gritado. Le había gritado a su mejor amigo que era de lo peor, que la abandonó cuando más lo necesitaba y que prefería a un montón de vampiros inútiles que a la mujer que lo había cuidado desde la muerte de su padre. Aún podía sentir la ira recorrer su cuerpo, ver la cara de Simon imperturbable y con una expresión estoica parecida a la de Raphael. Entonces supo que había arruinado lo único mundano que le quedaba.

No sabía que le estaba doliendo más. Que haya lastimado a su amigo o que dicho amigo no haya caído ante sus necesidades.

—No eres la única a la que le está doliendo—aseguro suspirando con fuerza al ver como Simon era feliz.

—Lo escogió a él, aún con los años de amistad—la mujer miró al rubio con tanto dolor—aún sobre mi madre que fue como la suya.

—Clary—Jace casi se ahoga al ver esos lindos ojos llenos de lágrimas y una furia oculta dentro del dolor—le diste a escoger entre su pareja destinada y tú.

—Debía escogerme a mi Jace—sus labios se fruncieron ante el recuerdo del chico de cabello marrón mirándola con terror ante la mención de liberar a Camille si Raphael se oponía—siempre. Aún cuando algo del submundo decidiera que su enamoramiento por mí debía terminar.

—No sabes de lo que estás hablando—Jace soltó las manos de la chica y la miró horrorizado—nadie puede ir encontrá del tirón que se siente en el estómago cuando conoces a tu pareja. Es como Magnus y Alec, es platónico, es universal e interminable.

—¡Pero es mi mejor amigo!—grito enojada llamando la atención de todos.

Los vampiros fingieron no darse cuenta de lo silencioso que se había quedado el restaurante.

—Clary—el de ojos azules parecía ofendido—eso no justifica lo que estás haciendo. Pidiéndole que escoja—gruñó irritado intentando distraerse con un par de servilletas. Necesitaba alejarse de sus pensamientos.

—No lo entiendes Jace, no tienes lo que nosotros tuvimos—afirmó despechada.

—No Clary, no lo entiendo ya que tú pusiste las reglas del juego—Jace negó con enojo—. Estás equivocada, claro que lo entendí cuando descubrí que nunca podríamos estar juntos. Cuando conocí a quién pasará el resto de mi vida junto a mí soportando lo peor y lo mejor de mí, pero nunca podría estar a su lado porque tal vez estoy equivocado.—miró hacia la pareja, él novato parecía a punto de llorar—El lazo es irrompible y es más poderoso que cualquier lazo familiar, parabatai o de sangre. La traición a tu destinado es como la muerte—él rubio se levantó de su lugar ante la mirada sorprendida de Raphael que podía escucharlos—entiendo lo que Simon debió sentir ante la propuesta, entiendo cuando Alec intentó seguir siendo buen hijo pero puso su felicidad sobre los deseos de nuestros padres. Y en especial entiendo ahora mismo que estás siendo egoísta. Lo hago.

Raphael observo al cazador de sombras pasar con una mirada adolorida. Mientras sostenía con fuerza lo que parecían ser su estela. Pensó que seguiría de largo. Pero se detuvo enfrente suyo mirando con seriedad sus manos entrelazadas y la tonta sonrisa que Simon mantenía en sus labios. Raphael sabía que él vampiro menor solo estaba fingiendo que no le dolía todo lo que había escuchado.

—Simon—la voz de Herondale le provocaron sisear y mostrar los colmillos listos para defender a su novato—, tranquilo Santiago. No vengo en busca de pelea.

—¿Qué sucede Jace?—calmó sosteniendo con fuerza las manos de su novio-¿Necesitas ayuda en algo..?

—Simon—él rubio tomo de la barbilla al chico que parecía tener un nudo atorado en la garganta—escucha esto. Porque solo lo diré una vez.

Raphael se aguanto las ganas de arrancarle la mano al blondo. Pero es que Simon parecía tan pequeño, tan roto. A punto de explotar si alguien que no fuera él mismo, Magnus o Alec le dijera que todo lo que hacía estaba bien.

—No te pongas así por alguien que no vale la pena—hablo bajo intentando no parecer enojado con el chico. Sabía lo difícil que estaba resultando la vida para él nuevo vampiro—tu amor por Raphael es real, aún cuando eras mundano y no podías sentir el tirón y ya te encontrabas sintiendo que serías capaz de hacer cualquier cosa por él.

—Pero Jace...—la voz del muchacho salió ahogada y casi acuosa.

—No Simon—negó con la cabeza soltando su mentón y dándole una palmadita en su cabello—es irremediable. Ella no quiere ver qué ahora eres feliz, que Santiago te hace tan feliz que si fueras mundano nunca podrías volver a sentirte tan pleno como ahora que ya conoces que es tener a alguien a tu medida. Alguien que podrá pasar la eternidad a tu lado y sostendrá tu mano si todo acaba. Es real, Simon todo es real y no dejes que nadie te haga pensar lo contrario.

—Jace, eres un idiota—Simon rió con las lágrimas bajando por sus mejillas—un completo idiota que me hace sentir mejor a veces.

—Gracias—Raphael murmuró mientras acariciaba la espalda baja de Simon con ternura.

—No es nada—Jace sonrió triunfal solamente dejando a los dos chicos en paz.

Porque podía ver a Clary casi matando lo con la mirada. Pero es que no podía evitarlo. Mirar a Simon siendo feliz con Raphael resultaba adorable. Era como si estuviera viendo a Alec sufrir porque sus padres no aceptaban a Magnus. Nunca le había importado tanto la felicidad de las personas como lo hacía la de Alec y Simon.
Tal vez porque nunca había conseguido a alguien tan cerca suyo como para decir que eran amigos y aún así podían pelear.
O tal vez se sentía así porque se había negado a ser feliz, había negado que existía una posibilidad de que el lazo que lo unia a su destinado no fuera un error. Qué en verdad fuera destinado a recibir todo lo que nunca tuvo durante muchos años. Solo esperaba recibir una respuesta o terminaría enloqueciendo.

It was a mistake.Where stories live. Discover now