◤El castillo en la colina◢ [KiriDeku]

Capítulo Uno - ❝La pregunta incorrecta, por Kaminari Denki❞

Baila en medio de la calle a las dos de la mañana en compañía de sus amigos. Están todos borrachos, sosteniendo mal los cigarrillos que ellos mismos liaron y repitiendo a todo pulmón la música que vomita el parlantito de Denki, ubicado en medio de ellos.

No les importa nada. O bueno, sí, pero no más que el momento.

Kirishima Eijiro tenía esa sensación de plenitud, de esperanza, que tan poco común era cuando vivías en la cuidad a los quince años. Ellos se la habían dado. Abre los ojos un momento para mirarlos de a uno, apreciando su existencia. Denki y Hanta, que bailaban tan raro que no parecían estar seguros de si se estaban electrocutando o teniendo un ataque de epilepsia. Mina, que movía las caderas y el trasero de una forma que, en otro mundo, tal vez podría haber sido sexy. Katsuki, que más que balar parecía que se estaba agarrando a golpes con seres invisibles, moviendo las piernas y los brazos de una forma indescriptiblemente violenta y graciosa.

Él no estaba mucho mejor que ninguno de ellos, así que une espaldas con Mina y perrea con ella. Poco después Hanta y Denki los imitan mientras que Katsuki cae rendido al piso.

Debían parecer un montón de raritos, pero eso eran así que ¿Qué importaba?

Cuando se despierta, lo hace pensando en campos amarillos, más específicamente en los campos amarillos por los cuales corría cuando era pequeño, viviendo en esa burbuja de magia que había sido su niñez, con su mejor amigo para toda la vida a su lado, tomado de su mano y riendo porque a Eijiro se le soltaba la pequeña coleta de caballo.

Buenos tiempos, viejos tiempos. El mismo se los quitó.

Se endereza en el sofá del padre de Denki, que en algún momento fue mostaza y ahora era solo marrón claro, sintiendo que el mundo da vueltas a su alrededor. Un breve vistazo al reloj de la cocina lo pone al tanto de que son las doce del mediodía, y otro no tan corto a la habitación, de que no es el primero en levantarse. Hanta está despatarrado en el piso con Mina usando su estómago de almohada, ambos cubiertos por mantas similares a la que está sobre él. Katsuki, por otro lado, se encontraba en un sillón al otro lado de la sala, durmiendo panza arriba y con la boca abierta mientras babeaba.