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Lo había seguido en silencio, aunque cada tanto miraba su espalda, buscando la razón del porqué de su acción.

Norman abrió la puerta de su despacho, haciéndole un ademán de que pasara. Una vez adentro, él insistió en que se sentara en el sofá, extrañándola todavía más.

- Eh...

- Sé que te preguntas por qué te pedí hablar. – ella asintió, dándole la razón. Él sonrió. – Pues lo que pasa es simple... ¿Cuáles son tus sentimientos por Ray, Emma?

Emma lo miró con sorpresa. 

Nunca se esperó que Norman le hiciera aquella pregunta, y mucho menos, que de lo que quisiera hablar fuese sobre Ray. ¿Acaso había ocurrido algo?

- ... ¿Por...?

La acorraló, apoyando las manos en el respaldo del sofá, poniendo una rodilla entre sus piernas; Emma lo miraba con asombro, ¿Qué rayos...?

Norman seguía con su semblante sereno, aunque su mirada reflejaba diversión y seriedad. Emma no podía apartar su mirada de la de él. No porque le gustara, sino por lo imponente que se veía.

- Emma. Tú tienes sentimientos por Ray, ¿cierto? – siguió presionando, inclinándose un poco más hacia ella. Ella se veía claramente incómoda.

- Eh... bueno...

- ¿Todavía no los tienes en claro? – una mueca nerviosa fue su respuesta. – Ya veo. Entonces déjame ayudarte.

Acortó la distancia, besándola. Ni él ni ella apartaron su mirada del otro.

Emma estaba que no cabía en su asombro, mientras Norman sólo analizaba sus reacciones. Cortó el beso, alejándose de ella.

- Dime Emma, ¿Nuestro beso fue igual que los que has tenido con Ray? – preguntó con una sonrisa. Emma salió de su trance, mirándolo con extrañeza.

- ... No... De hecho, fue muy diferente. ¿Por qué lo hiciste, Norman?

Él sólo sonrió.

- Sólo quería ayudarte. Porque con palabras, era un poco probable que entendieras.

Se quedaron un rato en silencio, el cual fue roto cuando un leve rubor cubrió las mejillas de la fémina al llegar a la conclusión de todo.

A ella le gustaba Ray... A ella le gustaba Ray. No, mejor dicho...

- ... Me gusta Ray.

- ¿Y qué harás? – le gustaba el camino por donde estaban yendo las cosas. Perfectamente calculado.

Emma se levantó de donde estaba sentada, mirando con una sonrisa a Norman, junto a una mirada de determinación.

- Iré con Ray... ¡Gracias Norman!

Cuando ella se fue, Vincent entró, mirando con curiosidad al de ojos zarco.

- ¿Sucedió algo, jefe?

Norman sonrió con fingida inocencia.

- Sólo la ayudé en algo.

Originalmente hablaría con ella, pero la idea de robarle un beso le fue tentador. Sí, era egoísta al querer que ella se llevase su primer beso, pero de alguna forma u otra, estaba bien; después de todo, Ray se había ganado a Emma.

Y él estaba bien con eso. No deseaba entrometerse, de todo corazón, quería que tanto Emma como Ray fuesen feliz. Después de todo, Emma fue su primer amor, su amiga al igual que Ray era su amigo.

...

Miraba a Ray dormitar, poniendo los codos en la cama, apoyando su cara en sus manos. Se sentía mejor después de haber aclarado, con la ayuda de Norman -si es que se le podía decir así-, sus sentimientos.

Después de todo, con Ray era con quien sólo quería compartir aquellas muestras. Porque robarle besos a la persona que te gusta, era divertido.

Se acercó a él, besando su mejilla.

Tenía en claro lo que haría. Le diría que le gustaba, que lo quería. Sólo esperaba que todo saliese bien.

-Traumada Taisho

Nah, no van a odiar a Norman xD pero sí, quería escribir lo que hizo sí o sí. Bueno, a matarse el cerebro se ha dicho, ah.

Besos robados  [Ray/Emma]Where stories live. Discover now