[28] ¿QUÉ LE DIRÍAS?

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¡ Manuel !

   —¿ASÍ que...?

Mayra siguió con la vista en su regazo sin emitir ningún ruido, cosa que últimamente me hacía impacientarme al máximo.

—Como ya te dije, se me ocurrió una idea—murmuró cabizbaja—. Onda...Sobre lo que van a hacer con el bebé.

—Feto—corregí.

—Es lo mismo Manuel, nacer va a nacer—rodó los ojos— ¿O no?

Y sí, ya no quedaba otra opción.

Ya no estábamos en los meses correctos para usar misoprostol o lo que nos sirviera.

Así de rápido se nos fueron los meses y las opciones que podíamos tomar.

Y lo peor era que pudo haber funcionado si le decía antes a mi vieja ¿Por qué? Bueno porque ella misma me dijo que podíamos haber viajado a Uruguay a hacer los trámites para abortar, ya que allá era legal.

De más estaba decir la amargura que tenía.

O la envidia que le tenía al país.

Dejé de apretar mi mandíbula cuando Mayra estiró su mano para acariciarme la mejilla.

—Ey—volvió a hablar con el tono tranquilo que usaba al darse cuenta que estaba enojado—, ya sé que es re difícil, te entiendo...Yo también estaría igual de enojada que vos si tuviera que pasar por esto sin haberlo pedido...Y con una piba como Cielo.

Me separé de sus caricias y dejé de mirar al frente para verla a los ojos.

—¿Qué tenés con ella?

—Nada, pero...

—No, sí te pasa algo—la interrumpí sin importarme que levanté la voz y la gente de nuestro alrededor empezaba a mirarme—. No la conoces así que deja de boquear.

Me levanté del asiento queriendo que la terminé ahí. Pero obvio que no quiso.

—Y vos tampoco la conoces, Manuel—levantó la voz como yo— ¡Se viven peleando! ¿Me vas a decir que sentís algo por esa tarada? Sólo estás con ella por pena.

—Con vos estoy por pena.

Mayra dejó de fruncir su ceño y me miró boquiabierta, claramente ofendida por mi respuesta; que...En parte era cierta.

—Qué mierda que sos, Manuel—negó con la cabeza levantándose del banco—. Ahora entiendo porqué pelean tanto.

La seguí aunque ya estaba cansado de todo y quería, no...Necesitaba un tiempo solo. Aunque no negaba que me hubiera venido bien hablar con Cielo. Y sin estar tensos, sólo hablar. De lo que fuera, pero olvidándonos de todo. Como si volviéramos a esos días en los que nuestra única preocupación era quién le tiraba la boca al otro.

—Eu perdón—conseguí tocarle el hombro pero siguió caminando—. No es que sienta pena...Es que hace mucho que no pensaba en vos y al ver todo el lío en el que estabas metida, qué sé yo...No podía dejarte sola.

—¿Entonces qué?—se giró antes que pudiera frenarla— ¿Sólo cuando hago todo mal te importo? Cómo se nota que te chupa un huevo todo lo que pasamos juntos.

—Si me chupara un huevo nunca te hubiera ayudado—suspiré—. Lo único que me chupa un huevo son estos planteos que me haces, por si no te diste cuenta ya bastante problemas tengo de los que preocuparme.

tan bien 彡 REPLIKWhere stories live. Discover now