¿Deber o juego?

Se abren las puertas de aquella habitación rojiza oscura, algunas flamas de antorchas iluminaban el entorno en el cual se encontraba un hombre en agonía, atado a unas cadenas de fuego mientras unos susurros paranormales acompañaban al hombre en su llanto. Su aspecto era bastante deplorable, tenía marcas de golpes, estaba sudoroso y bastante agitado, y eso sin mencionar el gran charco de sangre proveniente de un corte algo profundo en la parte baja de su garganta.

Por aquellas innecesariamente gigantescas puertas se acercaba una sombra con un aspecto antropomórfico tenebroso, el cual se acercaba al hombre con su vista clavada en él mientras los susurros se iban apaciguando lentamente. Aunque deseaba que el hombre le devuelva la mirada, sabía que no tendría la fuerza suficiente como para lograrlo. Con una sonrisa casi imperceptible por la oscuridad que emanaba de su cuerpo, se puso a unos cuantos metros de él para gozar cómo se retorcía de dolor. Se quedó así por aproximadamente medio minuto y decidió ponerse manos a la obra.

De un lateral de su incorpóreo ser salió una extensión que simulaba ser una mano, la cual pasó a través de la garganta de aquel señor que parecía no poder soportar un segundo más el dolor.

___: Hola de nuevo Frank, ¿Cómo te sientes en este hermoso día?

Frank: Tú...Esto no era parte del trato...Prometiste que le darías felicidad a mi familia, que los cuidarías y que no dejarías que nada malo les suceda...

Frank intentaba recuperarse después de haber pedido tanta sangre, aunque sabía que así perdiera cien litros, seguiría sangrando y que su dolor no se detendría hasta que decidan acabar con él.

___: Eso fue lo que hice, mi queridísimo amigo, no es mi culpa que tu amado hijo halla decidido tomar el mismo camino que tú.

Frank: No es justo...Eres un maldito tramposo... ¡Eso es lo que eres! ¡Una maldita escoria que quiere aprovecharse de las almas necesitadas! ¡Te aprovechas de lo duro que es la vida para que tengas más poder! Eres realmente despreciable...

Debido a la furia inminente, intentó lanzarse contra él olvidando que las cadenas de fuego tenían atados sus brazos y con cada movimiento brusco que hiciera, estas le dejaban quemaduras bastante dolorosas. Su tez blanca estaba cada vez más oscura en la parte de las muñecas gracias a las cadenas y a los bruscos movimientos que hacía.

___: Ten mucho cuidado con lo que dices, no querrás acabar como el resto de tu familia, ¿O sí?

Frank: No tienes por qué hacerles nada...Se supone que debían ser felices...

Cada minuto que pasaba, la voz de Frank iba tornándose más gruesa y rasposa, de tal manera que se notaba bastante dañada por la hemorragia casi interminable que sufrió hace unos momentos.

___: ¡Pero amigo! Todo esto no lo estoy creando yo, sino él, déjame enseñarte un poco como muestra de mi amabilidad.

Con un movimiento rápido, comenzó a girar al rededor de Frank dejando un halo de oscuridad casi transparente. Frank sentía ahogarse un poco, pero a medida que lo rodeaba más y más, la vista de Frank solo podía observar un negro total, como era de imaginarse.

Poco después de que sea bañado en la oscuridad, comenzó a ver una imagen algo borrosa delante de él. A pesar de no saber de qué trataba, sentía algo de miedo desde el momento en el que vio unas manchas de color rojo en un lugar bastante familiar para él.

Y cómo no reconocer ese lugar si se trataba de su mismísimo hogar, en el cual yacían los cadáveres de su familia en el suelo, con una apariencia bastante parecida a la que él tuvo antes de llegar a esta macabra habitación.

Frank no pudo articular palabra alguna, solo podía quedarse mirando con tristeza y con ira los cadáveres de los que más amaba, mientras que había una sola persona viva en esa escena, el culpable de la muerte de su esposa, de sus hijas, de él mismo, el cual era únicamente su hijo mayor.