Día 2: Cicatrices

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¿Cómo una tarde normal puede convertirse en una verdaderamente extraña? Ninguno de los dos sabe la respuesta puesto que ni siquiera ellos sabían como es que de estar jugando videojuegos en la casa de Ejirou terminaron solamente en bóxers sobre la cama del pelirrojo explorando su cuerpo.

Todo comenzó cuando Bakugou se percató de la curiosa cicatriz que tiene Kirishima en su ojo. Este último estaba completamente sorprendido pues ya llevaban tiempo siendo amigos y como tres meses siendo novios y hasta ahora se dio cuenta de aquella cicatriz... Tal vez su novio podía ser fuerte, masculino etcétera pero podía llegar a ser algo distraído.

-¿Me vas a decir por qué tienes esa cicatriz?-cuestionó el rubio aun con la mirada fija en la pantalla.

-Es algo tonto... Mejor enfócate en el juego que nuestro equipo va perdiendo, ya perdimos la torre y pronto pueden ir a por el Rey Toro para deshabilitar al fénix.

El rubio decidió no seguir con la conversación después de todo, su novio tenia razón y para su mala suerte estaban en una partida clasificatoria y tenían que idear un plan para ganar... Aún así, su equipo termino perdiendo.

-¡UGH! ¡Baje de liga por perder esta partida!-sonó a través de la bocina Kaminari bastante molesto- Para la próxima arreglen sus problemas entre ustedes.

Dicho esto, Kaminari abandonó el grupo dejando a ambos chicos solos. Después de jugar algunas partidas más decidieron parar para tomar un descanso y comer algo.

Sin previo aviso Bakugou empujó a su novio a la cama quedando el encima del otro, Kirishima se sonrojo por el acto repentino de su novio. Ambos se fundieron en un beso mientras tocaban suavemente sus cuerpo. El beso tan solo unos minutos por culpa de la falta de oxígeno.

-T-tan... Masculino-susurró entre jadeos el pelirrojo tratando de recuperar el aliento.

-Bien, Kirishima ¿Me contarás la historia de tu cicatriz o quieres que te deje sin aliento otra vez?-dijo el rubio con una sonrisa pícara.

El pelirrojo deseaba experimentar nuevamente esa sensación que literalmente, lo dejó sin aire aun así se mantuvo cuerdo puesto que su mamá podría llegar en cualquier momento y seguramente enloquecería si los encontrará así.

-Te lo contaré pero primero vayamos a comer algo a la cocina.

...

Una vez que habían comido, Kirishima le contó la peculiar historia de su cicatriz en el ojo; Bakugou rió a carcajadas pues no se imaginaba que esa cicatriz se había originado por la manifestación del quirk de su novio, el incluso imaginó que se debía a una pelea en la que el se metió estando en la secundaria.

-¿Tu tienes alguna cicatriz?-preguntó el pelirrojo terminando su sandwich.

-Ahora que lo pienso...

Bakugou se levantó de su asiento y se quito su playera, el pelirrojo se sobre exaltó y su cara se torno roja como su cabello. Kirishima trataba de disimular su asombro por los músculos de su novio pero simplemente era muy malo disimulando.

El rubio se percató de ello pero no estaba dispuesto a molestar a su novio por su sonrojo. Katsuki señaló con su dedo una cicatriz en su costado derecho, antes de que el pelirrojo preguntará el respondió contándole la historia de como se cayó de un árbol y obtuvo esa cicatriz gracias a una rama que le rasguño al caer.

Así ambos chicos poco a poco se fueron despojando de su ropa revelando cicatrices en varias partes de su cuerpo, rodillas, espalda, abdomen etcétera.

Y así no solo sus cicatrices salían a la luz, también su pasado salía a la luz pero para suerte de ambos esas cicatrices no representaban algo oscuro y es por eso que pudieron salir abrise con facilidad sin causar algún dolor a ninguno de los dos.

Asi ambos recordaron buenos tiempos de su vida, desde locuras que hicieron de niños hasta accidentes que les dejaron una buena lección.
Nuevamente en la habitación del pelirrojo Katsuki, se abalanzó quedando otra vez encima de Eijirou, ambos tenían una brillante sonrisa en sus rostros.

–Gracias por compartir tu pasado conmigo, Eijirou.

—Y a ti te agradezco por compartir también tu pasado conmigo, Katsuki.

—Ahora compartiremos un futuro-sentenció el rubio antes de besar al pelirrojo.

Esta vez el beso fue más lento y calmado, dejando una nueva sensación para ambos la cual deseaban que fuese eterna y jamás acabará pero esta vez no fue la falta de oxígeno que los separo.

—¡Eijirou! Te traje el videojuego que me pedi-... ¡AH! ¡S-sigan en lo suyo!-dijo la Sra. Kirishima cerrando nuevamente la puerta y bajando las escaleras rápidamente.

Ambos chicos ya estaban separados y poniéndose nuevamente su ropa.

—¡Mamá! ¡No es lo que parece!-gritó el pelirrojo saliendo de la habitación.

—¡Es cierto señora, solo explorabamos nuestro cuerpo!-gritó el rubio desde la habitación poniéndose su playera.

—¡Callate Katsuki, lo vas a empeorar!

KiriBaku Week 2019 Where stories live. Discover now