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🏈Capítulo 11🏈 "Hermana"

–Ya llegué mamá.

–¡Hola Emma!–. Grita mi tía abrazándome.

–Hola mi amor.

–No creo seguir soportando por otro mes que grites así cada que llego de cualquier lugar.

–No es mi culpa que de atrasara la remodelación.

–¿Puedes soltarme para así contarles algo que podría cambiar mi vida amorosa?

–¡Claro!–. Dice mi tía soltándome rápidamente.

–De haber sabido que si te digo eso me sueltas lo hubiera hecho desde antes.

–Emma, tu tía Norma no tiene la culpa de ser tan cariñosa, deja tu amargura y cuéntanos qué pasa.

–Noah me invitó a salir el viernes en la noche.

–¡Te dije que terminarías saliendo con él niña!–. Me grita mi mamá emocionada.

–¡No! Yo soy Team Andrew–. Mi tía hace un puchero.

–Ewww.

–Hay hija mía, yo veía futuro desde que lo conocí.

–Relájate mamá, es solo una cita.

–Es la primera de varias...eso espero, ya necesito que traigas un muchacho a la casa.

–Lo que me preocupa es papá.

En el instante en que terminé de decir eso, la puerta de la casa se abre dejando ver a mi papá.

–Hablando del rey de Roma ...–. Dice mi tía.

–¡Eh llegado familia!

–Hola amor–. Dice mamá acercándose a él para darle un beso.

–Hola pap...

–Emma tendrá una cita el viernes–. Interrumpe mi tía.

–¡Norma!

–¡Que soy tu tía! Y es mejor si se lo dices de una vez.

–¿De qué hablas...de que habla Emma?–. Papá se acerca a mi molesto y un poco confundido.

–Un chico me invitó a salir papá.

–¿Cómo se llama? ¿Cuantos años tiene? ¿Lo conozco? ¿Te gusta?

–¡Papá, relájate!

–Contesta Amelí.

–Se llama Noah, tiene mi edad, si lo conoces, es el chico que me ayudo con los apuntes de la escuela y...aún no lo sé papá, por eso saldré con él.

–¿Con permiso de quien?...ya lo recuero, ese muchacho no me dio buena espina, desde que lo vi pude notar que estaba interesado en mi caracolito–. Papá entrecierra los ojos.

–Papá, tengo 17, creo que ya tengo edad para empezar a salir con chicos.

–Pero...

–Emma tiene razón amor, tienes...tenemos que aceptar que nuestra hija ya está grande.

–Está bien ¡Está bien! Pero si se atreve a hacerte llorar o te lastima no sabe lo que le espera.

–Yo se lo advertiré, gracias por confiar en mi papá.

–No, yo se lo advertiré cuando venga por ti el viernes.