Capítulo uno

2.2K 127 5
                                    

Camille


Doy vueltas en mi cama antes de volver a cerrar los ojos por octava vez en la noche. No puedo dormir. Hace dos semanas que Jason y Roy salieron en una mision para detener una red de traficantes rusos y no han vuelto aún.

En realidad no estaba asi hace un par de días, pero haber perdido la conexión con sus localizadores realmente me desestabilizó -incluso intenté con el rastreador que Bruce colocó en el brazo de Jason y nada. No tengo manera de comunicarme con ellos lo cual pone mis pelos de punta, la última vez que no supe nada de Jason el se encontraba enterrado cinco metros bajo tierra.

Sacudo mi cabeza tratando de quitar los pensamientos inapropiados y me siento en la cama de dos plazas que comparto con Jay. Luego de que huí a Francia para alejarme de todos, una vez más, Jason fue a  buscarme, pero no estaba tan segura de volver cuando el me propuso quedarme con su grupo no podía sentirme más feliz y acepté gustosa.

Nuestra base está en Nueva York, en un penthouse que pertenecía a mi padre pero que hace años no utilizo, sólo tuvimos que hacer algunas modificaciones para poder operar desde aquí. Jason deseaba volver a su base en Gotham, pero luego de la última vez no estaba lista para volver. Además, aquí estamos lo suficientemente cerca de todos a unos pocos kilómetros de Blüdhaven y Gotham.

Escuchó un leve susurro provenientes del corredor y se que son Koriand'r, una princesa alienígena que ha decidió utilizar la tierra como su hogar luego de que su hermana la traicionara y Artemis, una amazona que trata de buscar su lugar en el mundo, que seguramente están hablando de mi. Nos llevamos bien, la mayoría del tiempo. Conozco a Kori desde que era adolescente, pero Artemis es un caso totalmente aparte. Ella parece estar enojada la mayoría del tiempo y que haya estado con Jason no ayuda ni un poco, a veces me siento demasiado incomoda en mi propia casa.

Me levanto de la cama y doy unos pasos hasta salir a mi balcón. Allí me recibe el aire frío golpeado mis mejillas trayendo un poco de alivio a mi sensación de encierro. El cielo está despejado, las luces de la ciudad no dejan ver ni una estrella en el cielo y me siento completamente sola. Extraño a Jason, muchísimo,  y necesito verlo para saber que está bien y que no ha sucedido nada como la última vez. 

—Espero que me hayas extrañado — la voz de Jason hace que me gire hacia su sonido, está exactamente igual que la última vez que lo vi —, porque yo casi muero de extrañarte, Mila. 

—¡Oh Dios! — corro hacia el enrredando mis brazos al redeor de su cuello abrazándolo fuerte contra mi — ¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo? — pregunto separándome de él y mirándolo.

—Estoy perfecto — sonríe —. Todo salió bien, ya estoy en casa. — asegura volviendo a abrazarme dejando un beso sobre mi cabeza.

Nos quedamos así un rato. Solo nos abrazamos. Puedo sentir su respiración leve  y como sostiene mi cuerpo entre sus fuertes brazos, me siento en casa y todas esas preicupaciones que  me atormentaban ya no están en mi cabeza.

Se separa de mi tomando mi cara con ambas manos y presiona sus labios contra los míos.

—Te extrañe jodidamente mucho, Mila — murmura para luego volverme a besar.

—También yo — respondo —. No vuelvas a dejarme aquí, en la próxima misión iré contigo, Jason.

Asiente escaneando mi cuerpo —¿Alguna vez te dije que amo que uses mi ropa? 

Red Hood #1.5 » Jason Todd Where stories live. Discover now