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Garnet llevaba más de treinta minutos afuera de la pastelería en donde trabaja Perla.
Había ido con la intención de arreglar las cosas con su amiga, ya que desde lo ocurrido en la prueba del vestido, no se habían hablado.

Pero no podía evitar estar nerviosa al enfrentarla, no sabía que le respondería si es que ella hubiera descubierto sus sentimientos.

Tampoco es que pudiera negarlos, incluso ella sabe que fue muy obvia al dejarse llevar por ellos, y es que Perla estaba tan hermosa, que quedó totalmente embobada por ella.

Pero mientras Garnet se debatía entre que hacer y que no, un pequeño ya había notado su presencia hace bastante tiempo.

–¡Mira Perla! ¡Aquella chica lleva bastante tiempo afuera!–comentaba Steven, el hijo del dueño de la pastelería.

–¿Qué chica Steven?–acercándose a mirar por la ventana–¡¿Garnet?!–menciona sorprendida por la presencia de su amiga–¿Pero que hace aquí?– se pregunta al observar como su amiga camina de un lado a otro con rostro preocupado.

–¿la conoces?–pregunta curioso el niño

–bueno... si–responde con algo de duda, no se sentía preparada para verla, incluyendo que aún no le encuentra explicación a lo que le pasó con ella.

Mientras Perla seguía en su mundo, el pequeño Steven no pierde el tiempo en ir en busca de la morena.

–¡Hey! ¡Garnet!–le grita llamando su atención–¡Puedes pasar! ¡Perla está aquí!–avergonzando a la morena que se sonroja por ser descubierta.

Y no solo ella se avergüenza, si no que igual Perla, y aún más cuando la ve ingresar a la pastelería buscándola con la mirada.

–¿Qué hacías afuera?–pregunta un curioso Steven, pero al ver a las chicas sonrojadas, su pequeña mente infantil no puede evitar sacar conclusiones precipitadas–¡¿Son novias?!–pregunta finalmente con una gran sonrisa y sus ojos en forma de estrellas.

–¡¿Qué?! ¡No! ¡No!–responde Garnet bastante nerviosa, ahora sí que quería evitar a Perla a toda costa, si incluso el pequeño la había descubierto.

–no Steven...–responde algo calmada Perla, pero sin mirar a la morena– solo somos amigas

Y al sentir el tenso ambiente, Greg, el dueño de la pastelería, decide intervenir.

–Steven... hijo, no digas tonterías, recuerda que Perla se va a casar con su novio–queriendo ayudar, sin saber que estaba haciendo lo contrario.

–oh.... Que lastima–responde algo triste el pequeño.

Greg decide cambiar el tema de las chicas– ¡Hola Garnet! ¡Tanto tiempo sin verte!–saluda a la morena, extrañando tanto a Perla como Steven.

–¿Se conocen?– pregunta Perla sin comprender por qué se conocían.

–¡Pues claro!–responde Greg–Rose es su jefa y entrenadora.

–¡¿Qué?!–responde Perla bastante asombrada–¡¿Tu dulce esposa es su entrenadora?!–sin poder creerlo, conocía a Rose como una mujer dulce y amante de la vida. Le costaba creer que estuviera relacionado con algo tan violento como el boxeo.

–yo no ocuparía la palabra dulce exactamente....–comenta Garnet, recordando los duros entrenamientos por los que le ha hecho pasar la pelirrosa.

–y dinos Garnet...¿Que necesitas? ¿algún pastel en especial?–pregunta Greg

–eh, yo....–sonrojandose la morena– realmente necesitaba hablar con Perla...–dice avergonzada.

–pero... aún no termino mi turno, no puedo dejar sola la pastelería– intentando evitar a Garnet

–no te preocupes–decide ayudar Greg–yo puedo encargarme por ahora...–empujando suavemente a Perla–ve y habla con tu amiga.

–no te preocupes Perla, yo ayudaré a papá–comenta emocionado Steven de poder ayudar.

–bueno, siendo así–le indica a Garnet que la siga, y así ambas se dirigen a la parte trasera de la pastelería.

Ambas se mantienen en silencio, algo apenadas, Garnet no sabía por dónde comenzar, aún buscaba las palabras correctas para disculparse. En cambio Perla aún se encontraba avergonzada, no sabía porque había actuado así delante de su mejor amiga.

–¿y que querías decirme?–decide alentarla Perla a hablar, no podría estar todo el día esperando a que conversen.

–bueno yo... –suspira profundamente mientras se sonroja– ahí algo importante que debo decirte...–dice Garnet mirándola fijamente mientras le toma las manos a Perla.
Y Perla no puede evitar sonrojarse al sentir la mirada penetrante de la morena.
–Perla... yo... quería disculparme por lo del otro día...–agachando su cabeza avergonzada–realmente no quería causarte problemas, así que tu mamá me ayudó a irme antes de que tu suegra me reclamará.

Y Perla no sabe porque se sintió algo triste por que fuese solo eso–no tienes que preocuparte, pero... –aun tenía dudas sobre lo sucedido–¿Por qué?

–¿Por qué?–repite Garnet algo extrañada y nerviosa.

–¿porque pasó...eso?

–bueno... eso–y si Garnet estaba sonrojada, ahora estaba roja de vergüenza, tan así que no era capaz de mantenerle la mirada–lo que paso fue...

–fue...

–tu sabes... que me gustan las chicas y... bueno tú...–Garnet solo quería huir, esconderse y nunca más ver el sol– estabas hermosa...

–¿Y?–sin comprender aún a lo que Garnet desesperada cierra sus ojos para confesarle lo sucedido

–¡Diablos Perla! ¡Estabas tan hermosa que quede embobada contigo! ¡Solo me deje llevar!– manteniendo sus ojos cerrados, mientras sentía su corazón latir rápido.

A la vez Perla no puede evitar sentirse feliz por las palabras de la morena, además de verla tan nerviosa, hacia latir su corazón muy rápido, y sin poder controlarse, decide agradecerle aquel cumplido, besando su mejilla.

A lo que Garnet, al sentir el contacto de aquellos labios sobre su rostro abre bien grande sus ojos, sin creer lo que está pasando.

Perla al finalizar el beso se separa para ver a su amiga–¡Gracias Garnet!

Garnet aún extrañada y confundida por aquel beso no puede evitar llevar su mano y tocar el lugar donde la ha besado su amiga–¿Por qué?

–por nada en especial...–responde Perla sonriendo como boba–bueno, debo volver a trabajar–volteando para retirarse, cuando es retenida por Garnet quién le ha tomado la mano.

–¿Tienes algo que hacer hoy en la noche?–pregunta Garnet, y Perla no puede evitar sentir un escalofrío al escuchar su voz.

Aquella voz que nuevamente le parece tan sensual, que hace a su amiga sumamente atractiva.

–no puedo, debo verme con Dewey...–y apenas nombró a su novio, Garnet no puede evitar colocar una cara de desagrado por el chico–talvez para la próxima... adiós–huyendo de su mejor amiga, pero apenas dio un par de pasos, volteo hacia ella– el sábado...¿Puedes?

La boda de mi mejor amiga (Pearlnet) Où les histoires vivent. Découvrez maintenant