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Ya había pasado casi un mes desde la última vez que se vieron las chicas.

Ninguna sabia nada de la otra, pues tampoco volvieron a contactarse.

Perla intento seguir con su vida lo más normal posible, a pocos días de acercarse la boda, aún Garnet aparecía en sus pensamientos con frecuencia. Lo bueno es que aún quedaban detalles que lograban distraer su mente.

Ahora se encontraba caminando sin rumbo fijo, pues, harta de los comentarios de su futura suegra, decidió salir por un poco de aire. 

Aun recordaba los comentarios mencionados por ella, todos atacando la orientación sexual de Garnet y Esmeralda. Cada palabra que decía era como una puñalada en el pecho, y a pesar que Dewey defendía a las chicas, era una discusión de nunca parar. Y lo peor fue cuando la felicito por alejarse de Garnet después de una "pelea".

Así que sin avisarle a nadie, se retiro en silencio de aquel lugar tan asfixiante.

Ahora caminaba sumida en sus pensamientos, sin prestar atención a sus pasos, percatándose que en el lugar que se encontraba le parecía demasiado familiar. Levanta la mirada encontrándose al frente de la casa de Garnet.

Garnet ... -—no puede evitar pensar en ella, pues hace mucho que no sabe de esta, ni una llamada o mensaje, es como si se la hubiera tragado la tierra.

Iba a voltear para volver con su novio, cuando se percata de un letrero en el jardín delantero de la casa. No puede evitar acercarse, solo para verificar de que se trata aquel letrero.

—en venta—lee mientras susurra, a lo cual no puede evitar abrir sus ojos de sorpresa... No podía ser cierto.

Asi que se acerca corriendo a la entrada y con su copia de llaves, intenta entrar de forma desesperada a la casa. Una vez abierta la puerta, ingresa de forma brusca, que cualquiera que estuviera presente se hubiera llevado un susto, pero este no era el caso, pues la casa estaba totalmente vacía.

no puede ser... —menciona sin creerlo aún. Asi que a acelera el paso y se dirige a la salida. Tomando rumbo al único lugar posible donde la encontraría a esta hora.

el gimnasio...

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Perla respiraba de forma agitada frente al gimnasio, estaba recuperando el aliento antes de ir y preguntar por su amiga. Así que una vez recuperada, con paso firme se adentra al gimnasio.

Con la mirada busca quien la pueda ayudar a encontrar a Garnet, encontrando para su suerte a Amatista.

—¡Amatista! ¡Amatista! —se acerca a la chica que cargaba implementos de entrenamiento.

—¿Perla? —extrañada—¿qué haces aquí?

—tu sabes donde está ¿verdad?

—¿que? —confundida.

—Garnet ¿la has visto?

Pero Amatista coloca una cara de confusion—¿Garnet? —pregunta nuevamente, a lo que Perla asiente—no se nada de Garnet desde hace dos semanas.

—¿dos semanas? —abriendo sus ojos de la sorpresa.

—si, desde que renunció que no se nada de ella.

—¿que? ¿como que renunció?— alterandose—¡¿y por qué no me lo dijiste?!

—¿que? Por dios Perla, pensé que sabias... Tu eres su mejor amiga—pero al mencionar aquella frase, Perla siente su pecho apretado. No podía creer que Garnet no le hubiera dicho nada.

La boda de mi mejor amiga (Pearlnet) Where stories live. Discover now