Parte catorce

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Kai



Pensé que su primera reacción sería regalarme esa hermosa sonrisa y comenzar a dar brincos de felicidad, que se echaría a mis brazos y que tendría que explicarle después los planes, pidiéndole que se mantuviera con calma.

Pero no fue así, y sin duda... KyungSoo podía descomponerme bastante.

No podía creer que estuviera diciendo una estupidez tan grande como querer quedarse encerrado solo porque... ¿Estaba yo? Bien, no es que no se me haya encogido el corazón al oírlo, que quisiera estar conmigo era sin duda algo que no me esperaba escuchar de él... Pero una cosa muy distinta era que quisiera dejar su libertad de lado por quedarse en este lugar lleno de seres despreciables, incluyéndome.

Intentaba ponerme en su lugar y tratar de pensar como él, que quizás la idea de tener que adaptarse a una nueva realidad no le agradara... Pero ni aun así en mis planes estaría el mantenerme en este lugar, corriendo el riesgo todos los días de que alguien entrara y me hiciera cosas indecorosas. Yo no quería más esto para KyungSoo, y si tenía que herirlo para que dejara de pensar en mí de esa manera tan tonta, lo haría.

—¡Kai! ¡Maldita sea! ¡¿Estás siquiera poniendo atención?! — Miré un poco desconcertado a Kris ¿Me había estado hablando? Estábamos todos reunidos en su oficina, era así cada vez que un rehén salía, creábamos los planes y nos informaba minuto a minuto de los que sus contactos eran capaces de averiguar allá afuera hasta la hora del "intercambio".

—Hay algo que no entiendo. — Dije rápidamente para evitar que la rabia creciera en contra de mí. — ¿Por qué lo entregas ahora si el dinero lo tenían hace dos días? — Alcé una ceja y todos de inmediato fijaron su mirada en mí... Acababa de cuestionar una de las decisiones de Kris, eso era como fijar tu pena de muerte.

—Eso... Es algo que no tengo por qué explicarle a nadie. — Escupió disgustado, y entonces me decidí a guardar silencio y fijar mis cinco sentidos en lo que iba de la reunión.

—Entonces. — Chen dijo alzando una ceja, claramente tratando de ignorarme. — En el lugar de siempre a las diez.

—Sigo pensando que es demasiado temprano. — Acotó Xiumin cruzado de brazos, eran pocas las veces en que lo había visto serio, para estas ocasiones solía poner esa fachada suya.

—Es una hora justa... Es una zona que nosotros manejamos completamente, tenemos las coordenadas y las escapadillas de cada rincón de ese claro, si algo ocurre, tendremos toda la ventaja de esfumarnos. — Habló Kris.

El plan era casi siempre sencillo. La casa en donde teníamos siempre a los rehenes se encontraba en Busan, en un sitio campestre que habitaban solo ancianos que nada les importaba lo que hicieran sus vecinos. El territorio además era lo suficientemente tranquilo y alejado como para que la policía o algo similar llegara hasta nosotros. Tao era experto con tecnología así que había ideado unas maquinarias que evitaban poder seguirnos el rastro vía satélite ¿Cómo mierda hizo eso? No tengo ni puta idea... Todos aquí teníamos algo particular que llamaba la atención de Kris, es por eso por lo que para él éramos tan importantes a pesar de que le hirviéramos las pelotas.

Por ejemplo, SuHo alguna vez vivió en barrios bajos, barrios en donde conoció gente que conocía a otra gente y éstas a otra gente, entenderán que esos contactos eran lo que Kris necesitaba, SuHo jamás le había dado las direcciones o números de teléfono a nadie, por lo que le sería imposible deshacerse de él. Lay era el único que conocía todo sobre SuHo, pero él era malditamente incapaz de traicionarlo.

Kai, la celda y Kyungsoo [KaiSoo]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang