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La primavera había llegado a Avonlea. Solo habían pasado dos meses desde que Gilbert y Anne habían confesado sus sentimientos, no se habían visto durante ese tiempo. Posiblemente por el clima, las plantaciones y otras cosas. Aquella mañana de marzo, cuando la pelirroja recién había cumplido años. Llegó una invitación a la puerta de Green Gables. Jerry la sacudió en sus sucias manos y se la entregó a Marilla con la típica mirada tímida.

-¿Qué es esto, muchacho?

-Diana Barry me pidió que lo entregara a ustedes -respondió en un tono bajo, sosteniendo igualmente una tarjeta que esta misma le había entregado al francés.

Marilla puso sus lentes en la punta de su nariz y empezó a leer con prontitud las pequeñas letras en papel amarillo, ¡santo cielo! Era la invitación a una gran fiesta realizada anualmente para celebrar el inicio de la primavera. Pocas familias del pueblo estaban invitadas y era de suma importancia asistir, pues te haría ver como alguien importante, sobre todo porque eran los Barry quienes la realizaban. Rápidamente mandó a llamar a Anne, quien se encontraba en la sala leyendo un libro de poesía. La chica caminó pasivamente hasta los pies de la mujer, su rostro lleno de felicidad era incomparable. La pelirroja mostró una rara y sorpresiva mueca al verla sonreír, ¿qué ocurría?

-Anne Shirley-Cuthbert, mañana asistiremos a una fiesta...

-En casa de Diana, lo sé, me lo ha dicho hace días.

-¿Así que ya sabes?

Asintió.

-Deberíamos empezar a trabajar en cómo te verás -sonrió con emoción la mujer mayor.

Ambas subieron la escalera. La chica se sentó frente al espejo y se detalló completamente. ¿Ocurría algo malo con ella? ¿Por qué «Trabajar en cómo se vería»? ¿Acaso era tan fea?

-Hagamos unos rizos en tu cabello, creo que estás lista para usar corsé.

-¿Por qué? -alzó la voz levantándose de la silla de madera- ¿Por qué trabajar en mí, Marilla? ¿Soy demasiado fea como para un día antes hacerlo?

-Tonterías -resopló la mujer- ¿acaso no quieres verte como las otras chicas?

Ella entendió un poco, se volvió a sentar y dejó caer las lágrimas. Se excusó diciendo que dolía cuando ponía la tela de los rizos.

Últimamente pensaba en por qué no era como Ruby Gillis.

Al día siguiente, la lluvia era tan fuerte que algunas ramas se habían caído de sus árboles. El caos reinaba la casa aquella mañana y todos hacían lo posible por no decirle nada a Marilla, quién estaba más estresante que nunca.

-¡Matthew! -exclamó mientras preparaba el almuerzo- ¿Podrías hacerle señas a Jerry para que entre a casa? Se helará en ese granero.

El chico entró corriendo, Anne lo cubrió con una toalla. Ambos se sentaron en la mesa del comedor.

-¿Que te pondrás esta noche? -preguntó ella.

-Pues esto -dijo con un tono tan creíble que entendió la seriedad del asunto. Jerry era un niño muy pobre, era de Francia y no había ido a la escuela. Desde niño había trabajado hasta que llegó a Green Gables el mismo año que su compañera de silla.

La pelirroja se levantó un momento y lo tomó de la mano, puso un dedo en sus rosados labios para luego subir la escalera hasta llegar al cuarto de Matthew. Ella abrió con delicadeza el armario y bajo unas cuantas camisas encontró un traje bastante antiguo.

-¿Crees que te quede? -preguntó al ver la sonrisa en el rostro del chico- Creo que era del hermano de Matthew y Marilla, el que falleció.

Él asintió rápidamente. Luego de unos segundos ella tocó la puerta preguntando si ya estaba listo, Jerry salió y la verdad era que le quedaba muy bien. Como si hubiese sido hecho precisamente para él.

-¡Niños, el almuerzo! -exclamó Marilla desde la planta baja.

Anne fue la primera en bajar.

-Matthew, no te enojes por lo que vas a ver... por favor -susurró-. Sabes de la situación de Jerry, solo no te enojes.

El muchacho bajó la escalera luego de escuchar las palabras. Ambos hermanos se miraron mutuamente boquiabiertos.

-Te ves muy bien -sonrió la mujer poniendo un plato en la mesa.

El hombre se acercó y puso una mano en el hombro del francés.

-Solo cuídalo mucho, por favor -suspiró y mostró una sonrisa dulce-. Ahora sube, no querrás ensuciarlo para esta noche.

Por la noche, cuando todos estaban listos para salir y la lluvia había cesado, Anne bajó hasta el comedor. Al verla todos se vieron asombrados.

-Te buscan en la entrada, niña, ve rápido -susurró Marilla emocionada.

¿Quién podría ser? No le puso mucha atención.

Pero cuando se acercó a la ventana, su respiración se entrecortó porque bajo la luz de la luna estaba Gilbert Blythe.

「𝐔𝐠𝐥𝐲 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」Where stories live. Discover now