「𝐔𝐠𝐥𝐲 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」

4

-¿Has pensado en la muerte? -preguntó Anne a Diana mientras ambas compartían un delicioso pie de grosellas.

-Esa es una palabra tan horrorosa, Anne, se me quita el hambre con tan solo escucharla.

-Creo que de cierta forma la muerte es hermosa para quienes llevan demasiado sufrimiento en su corazón -suspiró-. Pensar en ella para ellos e imaginarse caer en sus manos sería como bailar en un bosque bajo la luz de la luna.

-Ha de ser terrible morir -mencionó Diana mientras cortaba otro trozo de tarta.

-¿Estarías triste si yo muriera?

-¡Por supuesto! -exclamó la chica de cabellos negros- Sería como un terrible golpe en mi joven corazón, querida Anne, prefiero que no digas esas palabras porque con solo imaginarlo las lágrimas corren por mis mejillas.

-No sabes cuánto te quiero, querida Diana, no sabes lo grande que es mi cariño para ti.

Ambas se abrazaron. Luego escucharon unos pasos subiendo la escalera, Marilla abrió la puerta.

-Anne -dijo con una sonrisa-, Gilbert Blythe está abajo, dice que tiene algo que darte.

-¿Que hace él aquí? -preguntó con cara seria.

La mujer abrió sus ojos como platos.

-¡No seas grosera! El muchacho se tomó el trabajo de venir a Green Gables para traerte algo. Quiero que bajes y te veas presentable.

-¡Pero Marilla!

-No hay peros, solo baja un rato.

Ella volcó sus ojos, se trenzó el cabello y bajó la escalera hasta llegar a la sala. Ahí estaba, llevaba una cesta en sus manos. Cuando la vio su mirada cambió y una pequeña sonrisa se asomó por su boca.

-Hola -dijo él.

-Hola -respondió acercándose a donde estaba.

-¿Cómo estás?

-No me quejo, ¿y tú?

-Algo cansado, esta cesta pesa un poco -suspiró-. Traje estás cosas para ustedes.

-Muchas gracias por la atención.

Había distintos tipos de frutas y verduras en ella, también estaba la pizarra de Anne. Ella sonrió al verla.

-No es nada, «Zanahoria».

-¿Donde la encontraste? -preguntó tomándola.

-Creo que cierta pelirroja olvidadiza la dejó a la orilla de un arroyo.

La chica rio al escuchar eso.

-También quería preguntarte algo -dijo frotándose la nuca con su mano-, verás, Diana me dijo que su tía Josephine está preparando una gran fiesta... ¿Quisieras ser mi pareja? Solo por la fiesta, si no quieres comprendo completamente todo y...

-Gilbert...

-¿Sí?

-Si quiero ser tu pareja en la fiesta, no te preocupes, probablemente te lo hubiese pedido si tu no lo hacías antes.

-¿De verdad?

Ella asintió...

Y él trató de controlar su gran emoción.

-Bien, entonces nos vemos el sábado.

-Bien, el sábado -sonrió.

-Se me hace tarde y Bash me espera en casa, él y Mary vendrán a cenar esta noche.

-Oh, está bien, ¿les darías saludos de mi parte?

-Como no, «Zanahoria» -abrió la puerta-, descansa.

-Tú también.

La chica subió la escalera con rapidez y contó todo lo que acababa de pasar. Su amiga solo se recostó en la cama.

-Gilbert Blythe te vuelve loca.

-Cierra la boca -dijo y partió el último pedazo de tarta.

Aunque en cierta parte deseaba que llegara el sábado... por la fiesta, o eso creía.