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México siempre ha sido alguien que se enorgullece de su estilo de cocina, Desde gorditas hasta caldos, de huevos de hormiga a tacos de nana, el mexicano sabe cocinar de todo.

Pero... jamás le ha hecho de comer a su pareja algo que no sea un sandwich o una torta de atún.

Por ende, cuando la organización logra estar en el país de su amado, el norteamericano no le cocina.

Por lo que él ha sido quien decidió aprender a cocinar, con los consejos de Francia, Italia y España.

Claro, que las cocinas en las casa de Morelos, el Estado de México y Nuevo León, son historia.

Al final, piden comida a casa...

Esto en realidad es algo que molesta mucho a ONU, ya que el mexicano hace todo en su poder para NO cocinar... Al menos, no cocinarle a él, por que Canadá, Rusia, Dinamarca y Venezuela recibe un lunch preparado por el mexicano. Siempre.

Es más, el mexicano, cuando cualquier otro país u organización se lo pide (Y le paga), le prepara algún platillo.

Esto, al menor, le da muchísimos celos.

Ha llegado a pensar en robarse la comida que prepara a sus amigos, demonios, con comerse el resto sería feliz...

Pero México jamás le cocina.

La reunión mundial está por empezar, el mexicano le da una bolsa amarilla, grande y semi-transparente al venezolano y los ojos de este se iluminan, le entrega una de casi igual tamaño, pero azul, al la representación de Estados Unidos y consigue 30 dólares, a Canadá, Rusia y Argentina les da bolsas más pequeñas, Argentina le entrega a regañadientes 25 dólares.

— Si no me devuelven el toper en perfecto estado lo puteo... Sobre todo tú, Vene, cache la mordida que le dejaste —  Lo regaña, el Venezolano sonríe nervioso.

— Que yo no fui, mamaguevo...

— Más te pinches vale. — México lo mira con mala cara y despúes ambos países ríen.

La organización suspira, por un momento pensó que se pelearían.

Algo realmente incómodo, pues sólo faltan los países nórdicos... Y de ellos sólo Suiza y Noruego son relativamente tranquilos.

Por unos momentos, se queda viendo al norteamericano más joven, le gusta verlo así, feliz y tranquilo.

En realidad, ese es el motivo por el que no le ha pedido nada.

Sabe que México se estresaría... Suspira. De verdad que comería lo que fuera que le preparara su pareja. Incluso si supiera peor que los scones de Inglaterra o las hamburgesas empanazadas de Estados Unidos.

Recibe un mensaje, la vibración del celular lo saca de sus pensamientos y saca su celular de su chaleco.

Canadá.

Hey, I think you drooled a little bit.
[Hey, creo que babeaste un poco]
8:09
Please don't hurt me.
[Por favor no me lastimes]
8:09

Canada, What are you doing?
[Canadá, ¿Qué estás haciendo?]
8:09

Making sure my crush's boyfriend actually takes care of him.
[Asegurandome de que el novio de mi crush de hecho lo cuide]
8:10
Duh 😊
8:10

You should be making sure you are ready for the meeting.
[Deberías estar asegurandote de que estas listo para la junta.
8:10
Not staring at
[No observando a]
8:10
Wait, Your crush?
[Espera, ¿El que te gusta?]
8:10

Canadá te ha bloqueado.

La organización alza la mirada y ve como Canadá guarda su celular.

— Canada, we are still going to talk about this [Canadá, aún vamos a hablar de esto.]

— Oh, Come on... [Oh, vamos...]

Los países nórdicos al fin llegan, Dinamarca abrazando a Noruega y este intentando quitarselo de encima.

Despúes está Filandia, sujetando un esqui a la altura del ojo del país de bandera roja y cruz blanca.

— Gutter! Hvaen, FN er her [¡Chicos! Maldición, ONU está aquí].

Dinamarca y Finalandia se separan, aún matandose con la mirada, Noruega se sienta al lado de Inglaterra y Estados Unidos antes de disculparse con ellos. La organización mundial se espera a que se acomoden antes de hablar.

— Today I have been thinking about talking...

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México se estira y bosteza — Wey, no mames, que pereza me da... — Murmura, tallando su ojo.

Enfrente de amabas representaciones hay un pequeño parque, y el menor piensa en invitar al país a pasear por ahí.

— No deberías maldecir frente a los niños. — Dice el estadounidense, señalando a unos niños que pasaban por ahí.

— Vamos, ellos han de saber más majaderías que yo... — El más alto abre la boca y el mexicano lo interrumpe. — Oye, tengo que ir al super, me mandas Uber.

—  México espe-

— ¡Taxi!

Y el mexicano ya no está.

El estadounidense mira con tristeza como el vehículo se aleja y decide que tiene ganas de llegar a pie a casa.

Honestamente, se siente algo solitario el camino, aún si los cilindreros tocan canciones y las casas son coloridas.

●●●●

Cuando se encuentra frente a la madera oscura de la puerta que da al hogar de México, saca una llave debajo de una botella de Coca-Cola y entra.

Y joder, le duele todo, Subestimo el que tendría que caminar unos dos kilómetros...

Un olor a pollo, picante, canela y chocolate lo recibe.

Deja su abrigo en el perchero al lado de la puerta y llama el nombre de su pareja.

— En el comedor. — Responde.

Siente una calidez recorrer su cuerpo al ver en la habitación.

Ahí está el mexicano, con un vestido típico de Veracruz, varias comidas típicas del país en la mesa.

— ¿Qué es esto? — Pregunta con un sonrisa, varias velas entre platillo y platillo, dando un aire romántico.

— Digamos, que siempre cocino rico... Digamos, que no es así. Y, ya sabes, guarde unos pesos acá, unos pesos allá... Conseguí sal rosa, deje chiles al Sol, pero llovió, entonces compré unos que llevaban un mes pero estaban bien pinches caros y-

El menor interrumpe a su pareja con un abrazo.

— Gracias, México... I love you.

No consigue una respuesta verbal, pero siente como el mexicano aprieta suavemente su camisa.

—  Te amordido un perro.

Cuddles |OnuMex|.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora