XXXlV. Se Nos Adelantó en el Más Allá

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Estoy mal. Muy mal. Natacha ha muerto por culpa de un perro sádico. Y

ahora, tendré que enfrentarme a papá... joder, esto es una locura. Natacha está muerta y estaba embarazada. Una hermana, iba a tener una hermana.

Saco mi móvil y le marco a papá, que contesta de inmediato.

- Papá...- susurro.

- ¿Qué ocurre? - Su voz muestra preocupación.

- Natacha... papá....

- ¿Natacha? ¿Qué pasa con Natacha?

- Está...- Respiro profundo.- Tienes que venir. Ahora.

- Bien.

Cuelgo y guardó mi móvil. Miro a Johann que esta sentado en el sofá, como si nada hubiera pasado. No puedo separarme del cuerpo Natacha. Me arrodillo y le empiezo a sobar el vientre.

- Hubieras sido la mejor hermana.- Susurro.- Y tienes al mejor papá del mundo. Ahora estás mejor. Creo. No hubiese querido que tú nacieras en esté mundo de locos; de Híbridos, Murciélagos del Infierno, Sirenas Vampíricas, Culebras Negras, Jabalíes, ni perros sádicos. Tú mami y tú se nos adelantaron, porque para allá vamos todos..., algún día nos veremos.

Escucho pisadas detrás de mí y me encuentro con papá, viendo en estado de shock el cuerpo pálido y débil de Natacha. Me levanto y lo abrazo.

- Papá... Natacha... está... muerta. Lo siento tanto.- Susurro. Papá y yo empezamos a sollozar juntos.

- La amaba tanto...- Solloza. - ¿Es un sueño, verdad?

Me duele verlo así. Me alejo de él y niego con la cabeza.

- ¡Maldición, alguien que me diga que es una puta pesadilla! - Papá explota.- ¡Joder, joder, joder!

Papá está cansado, irritado, estresado. Se toma su pequeño cabello y tira de el. Liam se tira al suelo, de rodillas, y abraza el cuerpo inerte de Naty.  La acuna en sus brazos y se balancea de delante hacia atrás.

- No puede ser... no, mi amor, es una pesadilla y despertaremos y tú, mi amor, estarás bien... todos lo estaremos... corazón, te amo... mi querida Naty, tú éstas conmigo, bebé, tú lo estás... claro que no, mi amor, nunca nos separaremos... - Susurra papá.- sabes que te amo... y que tus hermosos ojos eran como lunas e iluminaban mis noches... porque te amo... y ahora te me vas... te vas, te escapas de mis manos y te lleva el viento, muy lejos de mí...

Joder, no lo soporto. No puedo ver a papá tan destrozado..., es algo irreal. Surrealista. Difícil de creer. Suspiro tratando de llenar mis pulmones, pero es como si no hubiese oxigeno aquí. Me acerco a papá y le toco el brazo.

- Yo estoy contigo, ¿vale? - No hay respuesta. No puede ser.

El día papá se la paso muy mal. Así qué Celeste y Anabel se encargaran del entierro, que será acabo mañana. El cuerpo fue llevado por la policía. Papá ha estado encerrado en su habitación todo el día. Y es entendible. Su novia ha muerto por "cáncer" y él está destrozado. El medico forense le dio la peor noticia del mundo: Su  novia, muerta, estaba esperando un hijo de él. Johann estaba en lo correcto. No sé cómo se dio cuenta de eso, la verdad, pero él me dio esa noticia tan fuerte. Y esa noticia destrozo más a papá.

Celeste y Anabel se han permitido unas cuantas lágrimas pero yo no lloraré. Tengo que ser fuerte; por papá.

El día se ha ido volando, y son las doce de la madrugada y Johann esta montando guardia. No puedo dormir. No dejo de pensar en Natacha y en los destrozado que se encuentra papá. Él no se merece eso.  Estoy en la terraza, viendo el cielo estrellado.

- Pensé que no te afectaría tanto.- Johann sale de mi habitación y se para junto a mí. Puedo sentir su piel fría junto a mi brazo. - Digo, iba a ser tu madrastra. Sé qué hubieron momentos en los que la odiaste. Lo siento, leí tú mente.

No quiero hablar y menos con esté estúpido. Ha sido una mierda todo esto. Hoy me he permitido hablar más obscenidades que nunca.

- Está bien, lo comprendo, no hables, entonces.

Y me siento sola. Muy sola y no quiero sentirme así... no otra vez.

- Odio todo esto. Odio el mundo que me has mostrado. ¿Por qué, simplemente, no eres normal? - Mi voz es sincera, cansada.

- No es la vida que escogí.

Suspiro. - Lo sé. Iba a ser una hermosa niña, sabes.

- Iba a ser hermosa si se parecía a ti. - Le doy un manotazo en su abdomen. - ¿Qué? - Dice, como si nada.

- Odio toda esta porquería. Estaba mejor en Florida.

- Sí nunca hubieras venido aquí, jamás nos habríamos conocido.

Y por un momento lo pienso. A pesar de todo... creo, CREO, que le tengo un poco de cariño.

- No es un poco. Es mucho.- Sonríe.

- Deja de meterte en mi mente. Te acusaré de invasión a la privacidad.

- Claro, como te van a creer.- Se burla.

Me volteo y lo miro. Es de las pocas veces en las que hablamos y no peleamos. Johann también se voltea y quedamos frente a frente. Mis ojos se clavan en sus labios; al igual que sus ojos en los míos. Sin que nos demos cuenta, nos acercamos, me inclino y estoy apunto de sentir sus labios en los míos. Se aparta. Se aleja y da unos pasos hacia atrás.

- No puedo arriesgarme y ver como mueres por un impulso, un deseo.- Su mirada muestra preocupación y parece como arrepentido.

Entiendo lo que dice. Si no soy la indicada, moriré. Pero estuvimos tan cerca...

Si nos hubiéramos, he, humm, besado y no soy la indicada y muero, papá no lo soportaría. Y Johann tampoco.

False InnocenceNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ