Capítulo 35

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JENNA

Tres meses después...

«Ahora, le agregamos la taza de azúcar poco a poco»; decía la cocinera que estaba preparando la mezcla de pastel.

—Agregar el azúcar poco a...—Murmuré mientras agregaba el azúcar a la mezcla.

—¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?!—Gritó Mauro a mis espaldas.

Grité arrojando la taza a los aires y después cuando menos me di cuenta, estaba cubierta de azúcar.

La taza de plástico rebotó y el resto del azúcar se desparramó en el suelo.

—¡MAURO MIRA LO QUE HICISTE!—Grité furiosa.

—¡AHORA ERES AZÚCAR MORENA!—Exclamó divertido.

Se rió, tomé un huevo y lo estrelle contra su cabeza.

—Mientras que yo me quito el resto del azúcar, tú sigue los procedimientos del vídeo—Lo señalé.

—Pero ¡¿Por qué?!

—Por que tú—Lo volví a señalar—, hiciste que sucediera esto—Me señalé.

—Bien, pero vuelve rápido—Me dijo y yo en ese momento estaba saliendo de la cocina—  por cierto, gracias por el huevo, ¿Sabías que es bueno para el cutis?

—Yo te golpearé el cutis si la mezcla no está lista cuando llegue—Dije de manera amenazante, desde la puerta.

Él alzó las manos como señal de paz, hizo que retrocediera el vídeo.

Dentro de una horas Anthon iba a cumplir años.

Sí, soy tres meses mayor que él.

Lo bueno, es que su cumpleaños es el sábado y hoy es viernes, me bañe, hasta quitarme el resto del azúcar, cuando estaba lista, me puse otra pijama, bajé y fui hacia la cocina, ya estaba limpio y la mezcla en el horno.

Algo me dice que Mauro pidió ayuda a mamá.

Creo que tarde unos quince minutos.

Entré y el piso estaba barrido, porque no sentía el azúcar, no lo hizo por mí, lo hizo por mi mamá, porque sabía que si no limpiamos la cocina estaríamos castigados.

Me incline y puse mis manos en mis rodillas.

Vi detenidamente la mezcla del pastel en el horno.

—¿Qué haces?—La voz de Anthon me tomó por sorpresa, salte de una manera graciosa que hizo reír a mi novio.

—¡Carajo!—Golpee su pecho, se quejó.

—¡¿Por queeee?!—Chilló, hizo puchero.

Los angelitos de Diosito cantando estilo coro de iglesia: ¡Suuuupeeeeer gaaaay!

Diosito: ¡PERFECT! *Aplaude*

—Mauro y tú me tienen harta, me asustan, par de pendejos.

Se rió, él besó mis labios y me abrazó cariñosamente.

—¿Es mío?—Señaló el horno, más bien, al pastel.

—No—Mentí, lo besé tratando de distraerlo pero fue un poco difícil ya que intentaba ver el pastel más de cerca—, mi mamá se le antojó hacer un pastel de chocolate y bueno, sabes como es, se le antoja algo, hace algo.

Anthon asintió, me tomó de las caderas para pegarme más a él.

—Pensé que era para mí—Su voz se volvió un poco más ronca.

Okay, como que hace mucho calor aquí.

Me separé un poco para verlo.

—Yo te haré algo mucho mejor—Acaricié su rostro y sonríe.

—Bien—Me besó otra vez, pero fue uno corto—, estoy emocionado, vendrán varias personas que muero que conozcas, es el resto de mi familia, por parte de mi mamá, y de mi papá también, al único familiar que conoces por parte de mi papá, es a Brad, y creeme, si piensas que ese primo mío está loco, imagínate el resto de mi familia, aunque la familia de mi mamá no se queda atrás.

—Que bien—Sonreí, enternecida.

Anthon está emocionado.

—Muero por comer el pastel de tu mamá.

—¿Salimos?—Dije de pronto, tomándolo un poco por sorpresa, quería distraerlo y que no se comiera su pastel de cumpleaños tan pronto—, Cuando volvamos, estará listo.

—Bien, pero antes...—Me subió al mesón de la cocina, esta vez tomandome a mí por sorpresa—, voy a comerte a besos un rato.

Me besó, pero ésta vez un poco más apasionado y profundo.

—Golosos—Dice Mauro desde la puerta, Anthon me recostó en el mesón—, no no no, no quiero ver acción en la cocina—Salió corriendo, Anthon volvió a sentarme y empezamos a reírnos por eso.

(...)

Estábamos en el mismo parque donde nos conocimos.

Nos sentamos en la fuente de agua comiendo helado.

—¿Qué esperas en tu cumpleaños?—Pregunté.

—No espero mucho, solo quiero que llegue toda mi familia, están emocionados por conocerte.

—Oh—Sentí mis mejillas calentarse.

—Pero dejame advertirte algo—Dice.

—¿Qué cosa?—Pregunté.

—Mi abuelo paterno es gringo, mis abuelos, tíos y primos por parte de mi mamá son italianos.

No puede ser.

—¿Y por qué jamás me lo dijiste?

Él se encogió de hombros.

—¿Y cómo voy a entenderlos?

—Fácil, sé ingles, e italiano.

¿Espera qué?

—Sabía que lo entendías, pero jamás me dijiste que también sabías hablar italiano.

—Porque lo hablo muy poco, no lo sé, me cuesta un poco al hacerlo, hay veces que mi mamá, sin darse cuenta está diciendo algo italiano y la entiendo.

—Con razón tu madre dice algunas frases en italiano, de vez en cuando, pensé que estaba tomando cursos.

—Quería darte la sorpresa—Sonrió.

—Me lo hubieses dicho en la fiesta.

—Cierto—Se término de comer su helado—, pero no quería que me matarás el mismo día de mi cumpleaños.

—Tengo ganas de matarte en estos momentos, por decirme eso hasta hora.

—Lo sé, pero no lo harás porque mañana es mi cumpleaños—Me señaló con su dedo índice de forma divertida.

Lo empuje en la fuente de agua.

Cayó de una manera muy graciosa.

—Idiota.

Él me tomó entre sus brazos y me metió también.

No Apto Para Parejas Normales 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora