Capítulo 39

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ANTHON

Por suerte nos encontraron.

Estábamos tan cerca del lugar donde estaba las cabañas, el guarda bosques con su equipo ahuyentaron el oso y nos ayudaron a abajar.

Regresamos sanos y salvos.

Jenna tuvo que decirle a Victoria que si su mamá llamaba, dijera que estaba en su casa haciendo una pijamada, y yo hice lo mismo con un amigo.

Se lo contaríamos a nuestros padres, en algún momento.

Cuando llegamos a casa de Victoria (Crystal también estaba ahí) les contamos lo que pasó en el bosque, ella en vez de estar preocupada de por Jenna estaba muriéndose de la risa, tanto que pensé que se iba a orinar, lo mismo ocurrió con Crystal.

Que perras.

—Eso fue lo más...—Victoria dice, ambas chicas se reían más y más, Victoria tomó aire—, idiota que has hecho en toda tu existencia de Jenna.

—Lo sé, ya paren—Pidió Jenna, avergonzada.

Pero no, se siguieron riendo.

Que perras, x2.

(...)

—¡¿QUÉ OCURRIÓ QUÉ?

Les conté a mis padres, se pusieron muy histéricos.

Verás mamá y papá, tuve un excelente día con mi novia, cayó la noche, íbamos hacia las cabañas, hasta que la luz se fue, oh , un oso casi nos quería comer, pero tranquis, estamos vivos, un poco traumados, pero vivos.

—Estás castigado—Dijo sin más mi mamá.

—Pero ¡¿Por qué?!—Exigí saber.

Científicos: ¿Pues por qué crees que te castigaron, pendejo?

Mi papá, me miró serio y es su forma de decir que me fuera a mi habitación hasta que la tensión y el enojo pase y así hablemos con más tranquilidad.

Subí a mi cuarto, no podía quedarme más tiempo, estaba preocupado, estaba seguro que a Jenna la castigaron también, me escapé, por la ventana, Luis me vio porque el estaba en el patio trasero jugando con Janthon, pero supo que iba hacer, me hizo una señal de que me fuera, y ahí supe que me iba a cubrir.

Gracias bro.

Fui a la casa de Jenna, subí por la trepadora hasta que alcancé la ventana, Jenna estaba acostada boca abajo, toqué su ventana hasta que ella levantó su cabeza, se levantó de un salto de su cama y vino a abrir y pasé, casi me caigo pero Jenna lo evitó.

—¿Estás bien?—Le pregunté

—Sí—Me respondió, bajamente.

Hubo un silencio.

—Me castigaron—Dijimos al mismo tiempo, y nos reímos.

Ella se sentó en la cama.

—Escucha...—Comenzó ella—, lamento lo de ayer, no sabía que...

No Apto Para Parejas Normales 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora