The Secret Daddy Of My Baby (Libro#1)

6. Penitencia

6. Penitencia

 

31 DE DICIEMBRE DE 2013 (24 AÑOS) (25 SEMANAS)

Era el último día del año, seguía sin hablarle a Logan, él se estaba pasando de arrogante así que me enojé y no le hablé en toda la semana.

Decidí salir de compras, mi ropa ya me quedaba un poco pequeña con seis meses de gestación y todo eso, el bebé seguía creciendo de manera rápida y sana.

Al abrir la puerta me encontré con Logan al otro lado de esta, no lo saludé, pero tampoco lo ignoré, solo le miré por un largo tiempo hasta que decidió hablar.

    - Me siento mal por nuestra pelea, fue algo tonto y debí darme cuenta de ciertas cosas.

    - Bien.

    - Quiero hacer las paces contigo - Me miró con ojos de niñito regañado.

    - bien por ti.

    - ¿No vas a hacer las paces conmigo?

    - ¿Me vas a contar qué era todo eso?

    - No puedo, pero tampoco quiero seguir peleando contigo.

    - Bien - dije y le dejé entrar.

    - ¿Sólo así? ¿Ya estamos en paz?

Me eché a reír como si hubiese dicho la cosa más ridícula y graciosa del mundo.

    - Por supuesto que no, no te obligaré a decirme, pero ya que estás decidido a no hacerlo entonces vas a tener que pagar una penitencia.

Suspiró y miró hacia otro lado con expresión aterrorizada, era muy conocida por dar penitencias que sé que le harían sentir terrible y avergonzado.

    - ¿qué será esta vez? - Preguntó resignado

    - ¿hasta dónde estás dispuesto a llegar para hacer las paces conmigo? - Pregunté de vuelta

    - Hasta el punto en el que estés dispuesta a hacerlas

    - Bien, como cada año, - comencé - vamos a salir a caminar por la cuadra justo a las doce en punto, cuando TODOS los vecinos de nuestros padres salen a desear un feliz año nuevo.

Asintió para que prosiguiera.

    - Este año, no vas a salir con tu look normal - sonreí.

Me miró aterrado, dándose cuenta de mi macabro plan.

     -¿Entonces?

     - Vas a salir con mi ropa de maternidad, tacones aguja, peluca y maquillaje, tal y como te gusta que se vistan las viejas con las que sueles acostarte.

     - ¡cómo se te ocurre! ¡Yo no voy a hacer eso ni loco!

     - Bien, entonces conoces la puerta, no te voy a detener

     - ¿Es esto realmente necesario?

     - No, pero quiero que por una vez en tu vida te sientas de la manera en que nos haces sentir, Logan