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Ser la manager del gran Stephen James no era fácil.
Todas las mujeres en el mundo envidiaban mi trabajo porque básicamente estaba todo el tiempo con él, pero la realidad era distinta y es que tratar con Stephen es demasiado difícil.
Stephen es mujeriego, amaba las fiestas y también le gustaba causar problemas, problemas que luego tendría que arreglar yo.
Acabábamos de salir de una de las peleas más importantes de todos los tiempos y Stephen la ganó.
Llegamos al hotel y como siempre él traía una chica.
―Stephen necesito que descanses, mañana salimos temprano a Croacia y lo último que quiero es lidiar con tu mal humor― dije en mi tono serio y claramente dándole una indirecta a la pelirroja que iba con él.
―No eres mi maldita madre, tu no me puedes decir que hacer o no, es mi puta vida― escupe, notoriamente molesto.
―Soy tú manager y te lo digo porque no quiero lidiar con tu actitud déspota mañana por la mañana―hago énfasis en ello
―Tú no me das órdenes. Yo soy quien te paga así que hazme el favor y cállate que esta hermosura y yo tenemos un par de cosas por hacer― la mira de arriba abajo y me siento asqueada por su actitud.
―Por mi tienes todo, yo soy la que consigue tus contratos, yo soy la que...― intento seguir hablando pero de Stephen da un portazo obligándome a callar.
Estaba agotada de la actitud de Stephen. Su forma de ser conmigo había cambiado desde que le dejé muy claro que entre él y yo solo habría una relación laboral. Desde entonces, se ha portado como un patán y desagradecido conmigo y yo me he aguantado todo eso porque necesito el trabajo y no puedo renunciar de la noche a la mañana pero esto ya superó todos mis límites.
Me dirijo a mi habitación limpiando mis lágrimas de frustración, enojo y ¿celos?
Ya no iba a aguantar más el mal trato de Stephen, mañana mismo buscaría a alguien más para que se encargara de sus negocios, necesitaba alejarme de él cuanto antes.
―
Kriss llevaba lencería negra, mi favorita. Se veía sexy pero no logró excitarme ni un poco pues en mi mente solo estaba ella, la mujer que era mi manager.
Suspiré y tomé la ropa de Kriss para entregársela.
―Vete Kriss― dije cansado
―¿Qué? Pero si la diversión apenas está empezando― Kriss se subió a mi regazo y yo me levanté de inmediato
―No quiero nada contigo, ¡Vete!― grité y pude percibir su enojo. Kriss tomó sus cosas y salió de la habitación.
Era un idiota por tratar así a Vic pero me dolía su rechazo, la entendía pero no podía aceptar el hecho de que ella no quisiera estar conmigo, podía tener a cualquier mujer del mundo y a la que quería no.
