¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Trabajar para el FBI es una actividad de alto riesgo en la que todos los días te estás enfrentando a personas dispuestas a hacerle daño a quien se cruce en sus planes y es justo lo que nosotros hacemos. Además, estar en un equipo como este no solo requiere preparación física, ser un estratega nato y tener miles de habilidades para resolver cualquier problema que se atraviese, también requiere de amor por la adrenalina y estar consciente de que cualquier día puede ser el último.
Los últimos meses hemos estado trabajando con agentes encubiertos y otras divisiones de la policía para cazar a una red de criminales que tienen a la ciudad hecha un caos, con los índices de violencia más altos de todos los tiempos y con un número considerable de personas que están muriendo a causa de sus negocios y de la droga que distribuyen.
Si eso ya no era suficiente para estar estresados y cansados, ahora con la decisión de mi superior de enviarme encubierta para la fase final de la misión, tenía a Stephen un de los agentes de SWAT—y mi novio—desesperado por evitar que hiciera parte de la misión.
—No irás a esa misión—ordena cerrándome el paso—Es peligroso, hablaré con Thorpe para que envíen a otra persona
—No lo harás, este es mi trabajo y tu no eres mi jefe Stephen. ¡Entiéndelo!—grito harta e irritada de que no me deje hacer mi trabajo y que siempre busque la forma de sacarme de casos o misiones de alta peligrosidad como esta—Además...—cierro la boca
—Además ¿que?
—Nada, solo olvídalo-bufo
La puerta de la sala se abre dejando ver a un Gael apenado.
—Cobb salimos en diez—indica y yo asiento
—Los veo en el subterráneo, necesito terminar de alistarme—Gael asiente sin decir nada dejándonos solos de nuevo.
—En el momento que tu salgas por esa puerta se acaba esto Sarah—me mira fijamente siendo claro con su amenaza. Me duele que sea así conmigo pero no va a conseguir manejar mi vida a su antojo.
Contrario a lo que Stephen pensaba que pasaría, tomo una bocanada de aire levantando el mentón para no dejarme intimidar y termino de alistarme con mi atuendo de dealer.
—Si eso es lo que quieres entonces hasta aquí llegamos nosotros. Terminamos—digo sin flaquear.
Tomo uno de los bolsos con el cargamento de droga que usaré en la misión al igual que un teléfono descartable, mi identificación falsa y los lentes negros que hacen parte de mi personaje.
Salgo de la oficina dejando a Stephen de pie sin poder decirme nada más caminando directamente al ascensor, no sin antes besar el relicario con la foto de mi mamá que uso como mi amuleto de la buena suerte y dárselo a Jenkins para que me lo guarde.
Mi otro amuleto solía ser un beso de Stephen, pero dadas las circunstancias pedirle a mi ángel en el cielo que me cuide resulta suficiente para mi.
