Capítulo 32 Intraquilidad

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La entrada al cuartel de alguna manera me traía paz, una gran extensión de césped y unos cuantos arboles, me traían el suficiente oxigeno para mantenerme en calma. 

— ¿También eres de Asgard? —

El sólo hecho de escuchar su voz me quitaba la estabilidad emocional que había obtenido viendo el sol y sintiendo el aire. — Sabes que lo soy. — respondí luego de resoplar.

— Quería escucharlo venir de tu boca. — murmuró, la miré de reojo y optó por recargarse en uno de los gigantes cilindros de acero. — Thor es tu hermano, ¿no? —

Recargué mi cabeza, igualmente, en el acero. — Lo sabes... ¿Sabías que también  puedo leer tu... —

— Sí, lo sé. Natasha me contó varias cosas de ti. —

Negué, pero con una media sonrisa. Natasha nunca podía guardarse las cosas.

Hubo un pequeño silencio, en el cual, Carol y yo nos dispusimos a mirar el cielo, las aves, sentir la brisa del aire y sólo mantener la calma momentáneamente.

— ¿Te molesta mi presencia? — indagó la rubia.

Reí un poco y la miré. — Te acabo de conocer hace una hora, no te lo tomes personal. —

Ella sonrió mirando el suelo y después giró a verme. — Tomaré eso como un no. — murmuró divertida y reí junto a ella. — Debió ser duro perder... a tu hijo. Lo lamento. —

Mi calma se esfumó, de nuevo esa opresión en el pecho, la que nunca había parado de yacer ahí desde que me enteré que Thanos se había llevado a James. — ¿Cómo conociste a Fury? — evadir el dolor era lo mejor que podía hacer en este momento.

Carol suspiró mirándome, y asintió con su cabeza. — Fue en los noventas. —

— ¿Y... tenía sus dos ojos?... digo, aún los tiene, pero solo ve con uno. — hundí mis hombros mirando el suelo y recordando a Fury.

La rubia soltó una risilla y cruzó sus brazos. — Sí, definitivamente miraba con sus dos ojos. —

— ¿Y sabes cómo perdió la vista? — inquirí burlona.

— No creo que a Fury le agrade que te diga eso. — sonrió negando.

— Ay, vamos. No le diré a nadie. No pudo haber perdido la vista de una manera estup... — por la mirada que me había mandado Carol, callé y entendí, que tal vez Fury si perdió la vista de una manera... estúpida. Reí un poco. — Por favor dime como. — insistí.

— Eh... chicas. Pepper llamó. Creemos que Tony puede seguir con vida. —

Mi rostro se iluminó al escuchar aquello que Rhodey había dicho. Mis pulmones se llenaron de aire rápidamente, sintiendo que mi pecho estallaría, e intercambiando miradas, los tres caminamos apresurados hacía la sala.

— Debe estar en la Milano, varado en el espacio... al parecer con Nebula. — dijo el mapache. 

— Bueno, entonces, vayamos por él. — opiné de manera rápida.

— Yo lo haré. — afirmó Carol. —Sólo denme las coordenadas y traeré esa nave ésta noche. — asintió mirándonos a todos.

— ¿Segura que puedes con esto? — preguntó Steve.

Carol sonrió. — Cuenta con ello. —

Después de compartir miradas, todos asentimos mirando a la rubia. 

— Bien... ten cuidado. —instó Natasha y seguido de eso, Carol se retiró de la sala.

— Okay, sólo tenemos que esperar y... —

Piezas De Mí - PAUSADA -Where stories live. Discover now