CAPITULO 12

145 13 8
                                    

No he dormido nada bien, después de lo que pasó ayer con Gabriel estoy bastante preocupada. Nunca le había visto así, jamás me había mirado de esa manera tan rara. Por un instante pensé que se estaba despidiendo de mí, hemos vivido tantas cosas juntos que ya no puedo imaginarme la vida sin él.

Es mi hermano pequeño, mi amigo. Mi colega, compañero de risas y melodías. Conectamos desde el primer momento, fue una especie de sentimiento que con nadie antes me había pasado. No sé si fue su inocencia, o qué pudo ser, lo único que sé, es que lo quiero tener en mi vida para siempre.

Aún tiene muchas cosas que contarme, pero intuyo que algo le pasa. Lo ví en sus ojos, en esos mismos ojos que hace meses atras me miraron con admiración, ayer ví tristeza.

- Leona, ¿estás bien? - pregunta Mimi sacándome de mis pensamientos.

- Si, rubia, estoy bien. - respondo apartando de ella la mirada.

- ¿A quién pretendes engañar, fiera?

- A nadie...

- Si algo te caracteriza, es que siempre respondes mirando a los ojos, y ahora mismo, acabas de esquivarme la mirada. Así que algo te pasa, Miriam, que nos conocemos de hace tiempo.

Sí, Mimi tenía razón. Ya eran varios meses juntas, compartiendo momentos, bailes, fiestas... era junto a Gabriel con quién mas tiempo pasaba. Sólo que ella no sabía de la existencia de este, jamás le había hablado de él y mucho menos le había llevado a Las fragas conmigo. Ese, seguía siendo mi lugar secreto, dónde iba a encontrarme conmigo misma. Así que no podía decirle la verdad, no por ahora.

- Mimi, no es nada, en serio. - respondo esta vez clavando mis ojos color miel en sus ojos verdosos.

- Miri, si no has dado pie con bola en clase, tenías la cabeza en otro sitio.

- No, la cabeza sigue estando encima de mis hombros, ¿no la ves? - respondo irónicamente intentando recuperar el típico caracter gallego que a ella tanta gracia le hace.

- JAJAJA, aunque empieces con tus bromas para intentar disimularlo, no puedes. Y quiero que sepas, que hasta que averigue que te pasa, no te quitaré el ojo, Leona.

- ¡Uhhhhhhh! No me hagas pensar mal, rubia peligrosa. Cámbiate rápido y vamos a tomar algo. - apenas termino de responderle cuándo suena mi teléfono móvil.

Es Agoney

- ¡Ellaaaaaaaa Leona!

- ¿Qué pasó loco canario?

- Eso mismo digo yo, que si no te llamo, casi ni me escribes.

- No mientas que la última conversación de WhastApp la inicié yo, tengo pruebas.

- Es cierto, pero ya sabes que me encanta picarte.

- No, si ya lo estaba echando de menos y todo.

- Pues eso de echarse de menos, puede tener solución. Si tu quieres claro.

- ¡Sorpréndeme!

- ¿Recuerdas que te dije que iba a preguntar si me daban un fin de semana libre en el trabajo? Pues bien, me lo han dado.

- ¿Si? ¿Y cuándo?

- Dentro de cuatro días, porque he pedido también el viernes.

- Entonces, ¿vas a venir a verme?

- ¡Por eso te llamaba! Quería comentarte que he estado mirando el billete de avión y si te apetece podríamos pasar tres días juntos.

MEJOR SIN MIEDOWhere stories live. Discover now