El hermano de mi hermano © (Completa)

Epilogo : contra todo, incluso la distancia

3 años después

La música se escuchaba desde la afueras de la casa, el tono azul y las pequeñas burbujas que salían de la nada le daban un aire mágico a la propiedad.

Entré sigilosamente a la casa y dejé las maletas en la sala, me acerqué a la cocina. Harina, saborizantes y glaseado adornaban la mesa de la cocina, sonreí a imaginar la pequeña escena de ellos cocinando.

— ¡Jessica! —Teresa vino corriendo hacia mí y la cargué.

— ¡Mi amor! feliz cumpleaños, que grande estas—la puse en el suelo.

— ¿Cómo llegaste aquí?

—Bueno, hay algo que se llama avión, ¿no sé si lo conoces?

—Ja, Ja, muy graciosa—sonreí y toqué su nariz.

—Tontita, no me iba a perder tu cumpleaños.

—Tere, encontraste las...Jessica.

—Sorpresa.

—Papi, mira Jessica vino—dijo Teresa feliz.

—Eso estoy viendo—Joshuad puso la funda malvaviscos que traía encima de un mueble.

—Lamento venir sin avisar, sé que habíamos quedado en que...—Joshuad sonrió y me calló con un beso.

—Me alegra que estés aquí.

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Me estaba divirtiendo mucho observando cómo papá, mi suegro y Joshuad intentaban bailar el aro y las niñas se reían.

Terry se sentó a mi lado.

—Mamá me tiene harto.

— ¿Qué sucedió?

—Lo de siempre, quiere controlar cada paso de mi vida, me quitó las llaves del auto y le puso un GPS a mi celular.

— ¿Has sabido algo de David?

—No, no tengo ni idea a donde fue...Quiero encontrarlo y ayudarlo, pero fui un completo idiota con él, no sé ni dónde buscar.

—Concuerdo con lo de idiota, pero lo salvaste.

—Todas las personas que me importan se terminan alejando de mí.

—Terry no digas eso—extendí mi mano para tocarle el hombro pero me evadió.

—Necesito estar solo—Terry se puso de pie y caminó en dirección a la casa.

— ¿Qué pasa? ¿A donde fue Terry? —dijo Joshuad sentándose a mi lado.

—No sé a dónde irá, solo sé que tenemos que cuidarlo, estoy preocupada por él.

—Jessica, tienes que decirle que tú tienes a David.

—No puedo, le prometí a David que no le diría a Terry que él está viviendo en mi casa.

— ¿Qué haremos entonces?

—Nos no queda de otra más que dejar que el resuelva sus problemas solo, ya no es un niño—Joshuad y yo nos miramos preocupados, él me ofreció su mano y la tomé, ese gesto se ha vuelto algo nuestro, es como un tranquila estoy aquí. Entrelazamos nuestros dedos y Joshuad besó mi mano.

—Mira quienes llegaron—dijo Joshuad, volteé a ver.

Irina y Papá estaban entrando al jardín con un gran regalo.

Teresa al verlos, se puso de pie y fue corriendo a saludarlos.

— ¡Abuela!

—Que linda estas mi amor, feliz cumpleaños—dijo Irina