Un nuevo comienzo, una nueva vida.

Capitulo 25

[[ Holaaa gente bonita!! despues de algunos meses volvi
lamento la demora y sin mas espero que disfruten del capitulo aunque un poco cortito]]

  Luego del robo exitoso de las galletas junto con un vaso de leche para acompañar la noche ya había llegado y la mansión en la que residían ya comenzaba a llenarse de bullicio y sobre todo lo que mas se escuchaban eran risas femeninas y masculinas con aquellos zapatos de tacón que tanto gustaban presumir las féminas resonando en el suelo del salón de baile.

  Los mayordomos recorrían el salón ofreciendo aperitivos y champagne o vino rosado mientras otros tantos iban anunciando las llegadas de estos, algo típico que se hacia en fiestas donde estaba involucrado alguien de la nobleza algo así como un protocolo estricto o en el otro caso los millonarios invitados solo para anunciar su llegada.

  Su papi Lou lo había dejado en compañía de su mayordomo el cual le daba pequeñas indicaciones y de igual forma diciéndole que los que estaban eran como buitres esperando a su presa para encajarle propuestas de matrimonio solo para aumentar la fortuna algo que asusto al menor y saco una risita por parte del mayor, aunque el de ojos rojos sabia que los amos eran un poco posesivos con su joven amo y no lo comprometerían con cualquiera por muy adinerado que sean.

  Por otro lado el menor de igual forma se encontraba mirando por la gran ventana el como elegantes autos de diferentes diseños llegaban a la entrada de la casa donde bajaban gente bastante estiradas y los reporteros sacaban fotos como desquiciados tratando de sacar algún chisme para venderlos por una jugosa suma de dinero, quizás su tía le vaya a dar un infarto si llegase a aparecer su rostro en algunas de esas revistas que ella solía ver o quizás solo trate de sacar algo de provecho beneficioso para ella y su familia.

  Pegaría un brinco al sentir una mano en su hombro, debería dejar seriamente quedarse en las nubes y no ser sorprendido por su mayordomo.

-Joven amo, mire... esa gente trato de entrar sin invitación... -el dedo enguantado del azabache golpearía el vidrio de la ventana mientras sonreía- realmente a la gente le gusta humillarse sola cuando hay fiestas de este tipo, de seguro a las damas presentes le criticaran el como van vestidas y los chismes entre ellas corren como pólvora... y de seguro mas de alguna tratara de coquetear con los amos o encajar algún compromiso a la fuerza para usted.

  El de ojos verdes simplemente observaría en donde apuntaba el mas alto notando como la gente señalada era retirada a la fuerza por dos guardias de seguridad que rondaban la mansión desde la mañana mientras que un tercero se mantenía más atrás como si estuviese vigilando, ante lo dicho por este le observaría para luego sonreír.

-Por eso no te separaras de mí, cuento contigo para que separes a gente indeseable como dice papá Lestat-haría un pequeño puchero para así soltar un suspiro, nunca había asistido a una fiesta así y ya las odiaba, todo era protocolo y mas cosas de gente estirada, pero a su papá le gustaba el lujo y sabia aprovechar la fortuna que tenia la cual claramente derrochaba en tonterías o en ropa para él y su papi.

-El de ojos rubíes solo soltaría una risita ante lo dicho por el joven para así hacer una pequeña reverencia- como diga joven amo -solo diría con una sonrisa divertida, sin dudas el menor debería tener cuidado con la gente invitada, eran como lobos buscando a su presa, en este caso sería su joven amo.

  Ya había pasado unos minutos, unos bastantes largos para el mas joven de la habitación, el cual comenzaba a dormitar en el sofá mientras que el mayordomo se encontraba leyendo un libro en completo silencio asiendo compañía a este.