TaeGi

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TAEHYUNG
Las muestras

A Taehyung le tenía sin cuidado el hecho de que Yoongi lo hubiera dejado entrar al Genius Lab.

Porque, bueno, Taehyung no necesitaba de atenciones especiales para sentirse querido; sabía que el resto de los chicos enloquecería de alegría, pero no él. Taehyung esperaba emociones mucho más fuertes, cosas significativas que pudieran hacerlo sentir especial realmente. Desde que Suga le había enviado aquel mensaje de texto, firmado con un "te amo", no había vuelta atrás. Si lo había hecho una vez, ¡podía hacerlo dos y tres, y tantas veces como quisieran los dos! V pensaba que a Suga le gustaba golpear con una mano y acariciar con la otra, para que la caricia tuviera mucho más impacto en las personas.
Pero a él aquello no le funcionaba.

Además...

Una vez que entró al estudio de producción, después de darse un baño y colocarse ropa cómoda (y bonita), se arrellanó en el sofá y dejó que Suga utilizara su muestra vocal. V la había grabado por la mañana y se la llevó en una memoria USB, que Yoongi había conectado en su ordenador para hacer aparecer los datos digitales de su voz en el misterioso programa de computadora donde podía acomodar las melodías, las voces y los coros con simples toques. Sí, Taehyung sentía curiosidad por aquel programa, pues parecía una fuente interminable de arte... Pero también parecía delicado y complejo, por lo que no quería meterle las manos nunca.

—Me estoy aburriendo.

La voz grave del inframundo de Taehyung resonó de pronto en el estudio, y al parecer, sólo porque fue tan notoria fue que Suga respondió, aún sin retirar la vista del monitor ni quitar la mano del ratón.

—Te dije que te podías ir.

—No quiero, ya te dije que quiero escuchar el producto terminado —respondió Taehyung, a su espalda—. Y eso es lo que quieren los directivos también.

—Entonces no te quejes —Suga, de corta paciencia, continuó con su trabajo sin dignarse a dirigirle la mirada.

Taehyung, todo lo contrario, observó al productor, o más bien, al respaldo de su silla, atentamente. Entrecerraba los ojos y fruncía el ceño, como si aquello fuera a conseguir que lo viera más claramente, tal vez más allá del físico, tal vez... Taehyung deseaba poder adentrarse en sus pensamientos.

Era natural. Suga hyung era una persona hermética, misteriosa, pero también, legible. Taehyung se jactaba de poder leerlo con relativa facilidad: por ejemplo, la forma en que se portaba huraño cuando en realidad estaba muy a gusto, o la forma en que negaba con toda su alma verdades que llevaba colgadas del cuello. Cuando se ponía nervioso, hablaba demasiado, y cuando estaba ebrio, soltaba una que otra confidencia. Cuando estaba emocionado (por ejemplo, después de un concierto muy energético o algún juego absorbente para el internet) se portaba un poco cariñoso.

Esta vez, sin embargo, allí frente al ordenador, Suga le parecía más hermético que nunca.

Y necesitaba...

De pronto, un movimiento inusual llamó la atención de Taehyung: Suga estaba eliminando una línea larga en la pantalla de su computadora.

—Hyung, ¿acaso estás...? ¿Estás borrando mi muestra? —alarmado, el vocalista se puso de pie para observar mejor la pantalla.

—No me gustaba cómo estaba quedando con tu registro, así que en lugar de la tuya, voy a usar la muestra vocal de Seokjin —contestó un despiadado Yoongi, quien estaba añadiendo una línea nueva a la pantalla, justo donde había estado la de Taehyung. Al reproducir la pista, las mismas estrofas que Taehyung había grabado resonaron en la habitación, pero en la voz de Jin. V se quedó sin palabras.

"Genius Lab"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora