Cap 3 la verdad

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Esas palabras resonaron el la cabeza de Bruce las siguientes semanas. Kate y Alfred se llevaron muy bien aquella mañana al día siguiente el armario de Kate estaba lleno de ropa varia elegida por Alfred. Ella se aprendió la casa aunque la seguían faltando datos sabía sin saber el misterioso personaje que dormía a su lado y el tal Richard del que hablaba Alfred no apareció.
Pero ella estaba feliz salía a la cuidad con Alfred a museos y ya se había acondicionado a su condición de snob, incluso seguía entrenando y bailando como en su barrió se pasaba las tardes en el gimnasio entrenando como su madre la había enseñado, bailando  paseando por los jardines leyendo.
La mansión estaba en completo silencio, Alfred leía en el salón y Kate estaba en su cuarto durmiendo la siesta. Todo estaba tranquilo hasta que un pequeño terremoto soló la casa. Kate se levantó sobresaltada de sus pesadillas. Kate se levantó y se miró al espejo. Ella intentaba escapar de su antigua vida pero cada marca de ella seguía ahí aunque ella las intentase tapar con cuellos altos, manga larga hasta maquillaje. Solo había un momento en el que ella era libre de verdad y era cuando bailaba o luchaba pero lo segundo era un secreto. No se encontraba muy bien y avisó a Alfred de que no cenaría esa noche. Se disculpó y se marchó. Kate por una vez se sentía mal y echaba de manos su casa. Salir todas las noches a patrullar. Lo único que le quedaba de esa etapa era su traje y los dibujos que tenía colgados en su cuarto. Kate se dio una larga ducha y su pijama. Estaba tranquilamente hasta que oye:
-¡Ayuda, Alfred!
Kate no reconocía esa voz. Salió de su cuarto y vio a su padre encima de un chico más pequeño sangrando. Ella corrió a socorrerlos:
-Encima del sofá. Dijo mientras bajaba los escalones de dos en dos. El chico desconfiado tumbó a Bruce encima del sofá. Se acercó. Bruce tenía un agujero en el costado que sangraba y sangraba. Estaba vestido con su traje de Batman. Ella taponó la herida estaba de rodillas a un lado del sofá. Entonces apareció Alfred:
-Señorita no debería estar aquí.
-Si me voy muere desangrado. El botiquín…
Alfred indicó al chico que fuese a por él y se dirigió a la cocina a llamar a un médico.
El chico trajo el botiquín y se puso al lado de Kate. Para el chico que esa extraña no se hubiese extrañado de la situación era impensable él mismo estaba preocupado. Kate se empezaba a impacientar y gritó:
-¡Abrelo!
El chico temblaba, abrió el botiquín pero no sabía que coger. Kate cogió las vendas. Empezó a envolver el costado de Bruce de vendas asegurándose de apretarlas bien para parar la hemorragia. El chico paró de estar tan verde y perdido y al ver lo que hacía ella la siguió. Una vez puestas llegó Alfred con una mujer en una bata blanca llegó y vio a Bruce. Pidió a Alfred y al chico que lo llevarán a algún lugar más privado. Los seguía hasta que Alfred se paró en seco en la puerta y dijo:
-Señorita, debería irse a su cuarto.
Kate rodó sus ojos. Se giró y se marchó. No se creía que después de prácticamente salvar a su padre la estuviesen echando.  Pero ese comentario le llegó hondo a Kate y respondió:
-Claro, para que iba a estar yo aquí si tampoco me conoce. Alfred se quedó de piedra y cuando iba a responder ella ya se había ido corriendo. Kate llegó a su cuarto cerró su puerta y se apoyó contra la puerta. Y por una vez se puso a llorar.

La Hija De Batman: Gravity (Dick Grayson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora