Capítulo 1

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Narrado por Inés.

21 de mayo de 2019. 7 a.m.

Suena el despertador, aunque yo llevaba ya un rato despierta, dando vueltas debido a los nervios y el miedo por el primer día en el congreso.
Apago la alarma y aprovecho para mirar un rato el móvil esperando encontrar un mensaje de Xavi, mi marido.
Ya hacía un tiempo desde que la relación se enfrió, a pesar de que públicamente aparentasemos lo contrario, pero aún así, ambos seguíamos enamorados (o eso creía yo) y esperaba y necesitaba un mensaje suyo, pero nada, ni rastro. Pongo en mi móvil mi lista de canciones de Extremoduro y decido darme una ducha.
10 minutos después, al salir, suena mi móvil.
Lo cojo esperanzada pero la ilusión me duró poco, hasta que leí el nombre de Albert.

–A las 8:15 te recoge un coche en la puerta de tu casa. Nos vemos allí. Suerte!

–Genial, gracias por el aviso. Nos vemos.–Le contesto fríamente

Entonces decido vestirme. Opto por una blusa blanca, unos vaqueros pitillos y unos tacones negros, acompañado todo esto de una americana a juego con los zapatos.

Me dirijo a desayunar  y al terminar veo que son ya las 7:45.
Voy a hacerme un maquillaje rápido y sencillo y me recojo el pelo con un moño.
Miro el reloj y ahora sí, llegó la hora. Son las 8:12 y decido bajar ya.

El coche ya está allí. Me monto y ponemos rumbo al congreso. Empieza mi primer día.
Después de unos 20 minutos de camino que se me hicieron larguísimos, llegué a mi destino.
Saludé al conductor, abrí la puerta y soltando un suspiro, salí.
Nada más bajar del coche me encuentro con una ola de cámaras y medios de comunicación.
Todos ellos me desean lo mejor e intentan hacerme alguna que otra pregunta pero lo último que me apetece en estos momentos es ser entrevistada, así que me dedico a darles las gracias y continuar con mi camino hacia la puerta.

Nunca en mi vida había estado tan nerviosa como hoy, ni en mi primer día como militante.
Entro y busco entre toda esa gente a mis compañeros y no los veo por ninguna parte.

Decido ir al baño a mojarme un poco la cara a ver si me tranquilizo un poco. Escucho el ruido de la puerta y veo entrar a Irene Montero y Noelia Vera.

"Lo que me faltaba" pienso.

La primera que se me acerca es Noelia y me da dos besos.

–Hola, Inés, ¿qué tal, nerviosa en tu primer día?

–Bue.. no, un poco.. - respondo nerviosísima. "Mierda Inés" maldigo para mi.

–Jajajajajaja tranquila Inés, es normal, o no Ire?–Le dice a Montero, que ésta última ni se dignó a saludarme.

–No entiendo los nervios Inés,piensa que es el parlament y ya. – Contesta secamente Irene por primera vez–Vamos Noe, que hay que hablar con el resto antes de empezar–Da media vuelta y sale del baño.

Noelia le asiente, se despide con la mano y sale detrás.

Mierda, que tirria me tiene Irene, en parte lo entiendo por los debates y nuestras discusiones, en cambio yo no le tenía nada de rencor, es más, me jode esa actitud y más todavía sentirme así, vaya mierda. "¿Por qué me molesta?"

Salgo yo también a los pocos segundos, giro mi cabeza y veo a Albert.

–Buenos días, Albert.
–Hola Inés, *dándome dos besos* qué te pasa?
–Nada, por qué?
–Te conozco. Se te nota en la mirada y en ese comportamiento con los periodistas...
–No me pasa nada, de verdad
–Inés...
–Centrémonos en lo profesional, que para eso estamos aquí.
–No te pongas nerviosa Inés, pareces Pedro Sánchez.
–Mira Albert que no quiero bromas. Déjame. Vamos a centrarnos en el trabajo, he dicho.
–Está bien. Vamos dentro.

Caminamos por el pasillo hablando de lo que nos esperaba en unos minutos y claro, empecé a cruzarme con muchos diputados de los cuales algunos me desearon suerte y otros no quisieron ni mirarme.Y de vuelta Irene, aunque está vez ni me miró. "Bah Inés, pasa de ella" Pienso.

Entonces sí, llegamos por fin, cogimos asiento y empezó la reunión.

Después de 6 horas de discusiones y controversias, acabó.
Todo fue bastante bien, por suerte mi intervención salió bien y demostré que mi espíritu guerrero del parlament, estaba en el congreso.
Todos mis compañeros me felicitaron y hasta algunos de otros partidos.

Salimos de ahí y todos dijeron de ir a tomar algo, pero yo prefiero irme a casa a descansar, ha sido un día duro.
Me subo al coche que me está esperando y durante el camino decido abrir el móvil.
Para mi sorpresa, veo un mensaje de Xavi. Se me dibuja una sonrisa en la cara pero... al abrir el mensaje se me borra directamente.

–Hola Inés, espero que todo haya ido bien. Tenemos que hablar.

Nos hace falta valorKde žijí příběhy. Začni objevovat