Capítulo I

16 3 9
                                    

XX/XX/XXXX

Siempre hay discusiones. Algunas son porque te olvidaste de algo importante, otras son por cosas sin apenas importancia y otras son porque tu pirámide de jerarquías no es aceptable a los ojos de tu compañera. En mi caso ha sido la última.

Para mi enorme desgracia, fui expulsada de mi tierra natal al mis ideas no ser agradadas. Me llevaron frente al portal y me empujaron, cerré los ojos para no ver el mundo al que fui mandada.

Lo único que escuchaba era una lluvia torrencial, algunos estruendos que me asustaban y las ramas crujir. Acabé por caer al suelo; me hice mucho daño, pero podía arrastrarme entre el barro. Avancé y avancé, hasta que mi mano tocó un objeto a ras del suelo con una extraña textura rugosa. No sabía dónde me estaba metiendo. Seguí avanzando un poco más.

Vi un poco tarde dos luces potentes en la oscuridad que se acercaban a mí, después, frenaron en seco. Un chirrido escapó del vehículo y después sus puertas se abrieron, dejando que dos siluetas salieran de allí. No hicieron mucho; se aproximaron a mí, me analizaron rápidamente y me metieron en la parte de atrás del vehículo, parecía que no les gustaba la lluvia.

No dijeron nada a partir de allí, sólo hablaban en una lengua desconocida mientras que dirigían el transporte, seguramente, al lugar donde ellos dos habitaban. A mi parecer, estaban tensos, así que moverme y comunicarme no era una opción, quizás cuando sepa sus verdaderas intenciones será mucho más seguro. Tras unos giros, acelerones y frenazos, el transporte se detuvo y lo que serían puertas se abrieron. Escuché sus pasos en los charcos de agua provocados por la lluvia, abrieron la puerta y me cargaron.

Subieron escaleras, dejando caer agua y barro por el camino, abrieron otra puerta más y me dejaron en el suelo. Yo me quedé en silencio, escuchándolos respirar con pesadez.

― Qué idea más brillante, Grace. Estoy seguro de que esto no cuenta como secuestro. ―Dijo una voz masculina, con cierto tono sarcástico, pero a la vez temeroso por alguna razón―.

― Anda, calla. Hay que comprobar si está vivo o algo. ―Respondió con sequedad―.

Sinceramente, creo que haberme levantado no fue una buena idea. Ellos me miraron confundidos y con miedo, por los tartamudeos que escuché. Me quité un poco del barro de encima y me di la vuelta, quería presentarme cordialmente a los seres. Pero ellos no vieron eso como lo que yo pretendía; tal vez me vieron como una amenaza.

― No... te acerques... ―dijo el del pelo largo, temblando un poco al verme; cada vez que ellos me hablaban, podía identificar mejor su idioma, creo que era español o algo así―.

Rodé un poco los ojos, al ellos no haber hablado lo suficiente, no sabía qué decir para que no me tuvieran miedo. Y por eso opté a hablar en mi queridísima lengua natal, tenía unas escasas posibilidades de que ellos me entendieran así. Carraspeé un poco y comencé a hablar.

― Qekunosmasabe, yecdare; moi teqyd karae Bai'Rai. ―Me presenté con seriedad, elevando mi mirada un poco, esperando ser entendida―.

― Bien, Grace, hemos traído un alienígena raro a casa que seguramente haya escapado del Área 51. ―La ironía que desprendía su voz era muy clara; la chica rodó los ojos―.

― Robert, por el amor de Dios... ―Respondió molesta, mirándome y después acercándose. No sabía lo que me iba a hacer; por lo que debería de estar muy alerta―. Bien, ¿sabes qué es el Área 51?

Me preguntaba algo, eso estaba claro, pero no sabía el qué. Incliné la cabeza confundida, lo que hizo que ella se diera la vuelta.

― ¿Ves? No sabe lo que es. ―Comentó con cierto ánimo, aunque el chico de cabello largo no parecía compartirlo. ― ¿Cómo te llamas?

IlluminationHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin