Susana.

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Para cuando Susana llego al herbolario se encontró con que no eran Blanca o Polita las que se encontraban en la tienda, sino sus hermanos Audifaz y Eugenio. Ambos se encontraban sentados junto a una mesa, Audifaz sirviendo te caliente en unas tazas. Al ver a la mujer apoyo la tetera sobre la mesa.

Se hizo un silencio incómodo por un momento.

-Buenos días, Eugenio... Audifaz.- saludo cordialmente Susana, más que nada porque Audifaz, a pesar del tiempo en que la conocían y sabía que era su medio hermana continuaba tratandola friamente.

-Susana, ¿que te trae por aquí a estas horas?- pregunto, esbozando una sonrisa, Eugenio.

Susana le devolvió la sonrisa.

-Vengo por un par de hierbas, a decir verdad.- Respondió la mujer.

-¿Y como para que, o que?- questiono Audifaz.

-Un dolor de cabeza.- Dijo Susana. -Estaba arriba en el edificio y me encontre con su nuevo vecino... Me dijo que tenía dolor de cabeza y me ofrecí a curarselo.- mintió.

-Oh, claro, claro.- Asintió Eugenio, sabiendo que después de su hijo Juan Pablo, Susana era la mejor haciendo pociones para curar en la familia. -Temo ayudo.- dijo, haciendo ademán de levantarse de su silla para ir por los ingredientes junto a Susana.

-No, no hace falta, Eugenio. Yo se lo que tengo que buscar, y ustedes dos parecen ocupados.-

-No hacíamos nada realmente importante, siemplemente estábamos por tomar un té ... Audifaz quería leer las hojas de este luego.-

-De hecho,- agrego Audifaz mirándola fijamente. -¿Por qué no te sirvo a ti también una taza antes de que te vayas?- ofreció, aunque Susana estaba segura de que era más una obligación que otra cosa.

-Pero le dije a Pancho...-

-No va a tomar más que unos minutos. Luego puedes ir a curar a tu mortal cuanto quieras. - le dijo Audifaz, mordazmente.

-Hermano.- le recriminó Eugenio. - Esa no es manera de referirse al  vecino.

-¿Que acaso no es mortal?-

-Bueno, si.. pero...-

-Pero nada, hermano, con eso está todo dicho.-

Susana y Eugenio se miraron en silencio. Finalmente Eugenio se levantó de su asiento y corrió una silla para que Susana se sentara, acto seguido fue por otra taza.

Audifaz sirvió el té en silencio y espero a que Susana lo tomara, mirándola fijamente.

La taza humeaba, pero Susana lo tomo lo más rápido que pudo, luego apoyo la taza frente a Audifaz.

La verdad es que no esperaba demasiado de aquello. Si bien Audifaz podía ver el pasado y futuro de una persona al tocar objetos pertenecientes a estas, nunca había oído que supiera leer la borra.

-Hmm... -

-¿Que ves, hermano?- pregunto Eugenio apoyandose en la mesa, acercándose a Audifaz.

-Lo que pensé.-

-¿Que?- preguntaron a la vez Susana y Eugenio.

-Que no deberías de meterte en asuntos que no te corresponden, Susana.-

*****
Al llegar a su recamara Temo se había tirado sobre la cama, cerro sus ojos e intentó conciliar el sueño, tal vez así se fuera su malestar.

No llevaba ni dos minutos con los ojos cerrados cuando lo oyó.

Tok Tok Tok.

Tomó una almohada y se tapó las orejas.

Te Vi Venir •|Aristemo|• [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora