Te Vi Venir •|Aristemo|• [TERMINADA]

interludio V.

Puede sentirlo, incluso estando tan lejos. Bueno, a decir verdad lo ha tenido más lejos aún, todo lo que lleva de vida.

No es la primera vez que se encuentra en aquel lugar y sabe que no será la última, pero es si es la primera vez que él se encuentra allí también.

Finge que no nota que lo observa. Se queda callado, jugando con el hilo entre sus manos, a veces siente algún tirón por parte de aquella otra presencia, pero decide no asustarle. Ya vendrá cuando se sienta más en confianza.

Pasa la noche allí sentado, solo pero acompañado. Es un sueño hecho realidad o simplemente un sueño.

*****
Lleva una semana sintiendo su presencia, pero él aún no se acerca. Comienza a impacientarse. Quiere verlo, conocerlo, saber como se ve, tal vez tocar su mano.

Pero aquella no es la noche. Aún no está preparado.

*****

Hay demasiada gente en su sueño y aquello lo molesta. Le gustaría decirle a su amigo que se marchara, que aquello es cosa de ellos dos solamente, pero sabe que no debe demostrar que esta consciente, que aquello podría traerle problemas en su vida real...

¿Acaso no era esto real también? ¿Acaso el niño que se escondía tras los arbustos hacia ya meses y lo observaba todas las noches no era real? Esta casi seguro de que si, pero necesita tocarlo, sentirlo, para saber que aquello es más que un sueño.

O tal vez no lo es.

*****
Es la primera vez en su vida que llueve en su sueño. No puede creer que algo así ocurra, y se pregunta si no sería como un sueño lúcido en el que pudiera detener el agua que cae sobre él.

Cierra los ojos y se concentra. El sonido se la lluvia se apaga un poco y ya no siente las gotas caer sobre su rostro.

Sorprendido por su "poder" abre los ojos y lo ve por primera vez frente a él. Su cabello está mojado y se le pega en la frente, pero sus ojos oscuros estan completamente lucidos y brillantes. Lleva un paraguas que sostiene evitando que él se moje.

Lo mira sin creerlo.

Alza su mano, la que lleva el hilo y tira un poco de este, la mano que sostiene el paraguas se acerca más a su rostro y lo golpea levemente.

-Perdón.- dice el niño apenado, alejando su mano, pero aún manteniéndose lo suficientemente cerca para taparle con el paraguas.

-No, no.. fue mi culpa.- se excusa él. -No pensé lo que hacía.-

El  niño se queda en silencio por un momento mirándolo.

-Soy Temo.- se presenta finalmente comprendiendo que el niño no lo hará primero.

-Soy Aristóteles.-

Temo lo observa curioso.

-Es un nombre muy grande para un niño tan pequeño.-

-Mi familia me dice Aris o Ari ... -

-Ari...- repite Temo. -¿Puedo llamarte así?¿Ari?-

Aristóteles lo mira pensativo por unos instantes.

-¿Que pasa?- cuestiona Temo. -¿No te puedo llamar Ari?- Temo nota entonces que Aristóteles se ve incómodo. -¿Que? Ya, dime, por favor.-

Aristóteles suelta un suspiro, mientras intenta encontrar las palabras. Temo espera pacientemente que Aristóteles diga algo, pero este simplemente le alcanza el paraguas. Temo lo toma y Aristóteles sale corriendo hacia los árboles nuevamente.

Temo se queda el resto de su sueño sentado en la banca, esperando a que Ari tal vez vuelva.

No lo hace.