Caído.

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Temo dio un paso hacia atrás.

Guido, al ver que el joven se sentía intimidado por el se dio permiso de adentrarse un poco más en el departamento.

-¿Y tú quien eres?- pregunto Julio dando un paso por delante de Lupita.

-Eso no es importante, de todas formas no van a poder decirle a nadie.-

Al oír esas palabras Pancho se adelantó por sobre sus hijos y se puso frente a Temo.

-No me importa quién seas, pero no voy a permitir que toques a mis hijos.- dijo el hombre abriéndose de brazos como si fuera un escudo para sus hijos.

Guido sonrió de lado y se abalanzó sobre este, Lupita pegó un grito y Julio la empujó hacia atrás. Temo se volteó hacia sus hermanos.

*****
-Aquí no pasó nada.- dijo doña Imelda.

-Abue, creo que es momento de que admita mi error.- dijo Ari bajando a Arqui de sus brazos y yendo hacia Catalina.

-Tú calla.- le chistó su padre, acercandosele y tirando de este para atrás.

Polita fue hacia ellos y puso sus manos en las de su marido.

-Suelta a mi Aris.- le dijo de manera decidida, todos la miraron sorprendida.

-¡Que no, mujer!- respondió Audifaz zafandose de esta. -Aristóteles no sabe lo que dice, es mejor que calle.-

-Creo que el Aris sabe exactamente lo que quiere decir esposito. Y creo que deberíamos de dejar que el consejo decida que hacer luego.-

-¿Y tú que sabes? Dedicate a cuidar a Arquímedes, que con Aristóteles ya lo echaste a perder.-

-¡Tio!- reclamaron al unísono Linda y Robert.

Todos los demás observaban la escena curiosos e interesados por lo que fuera a pasar, todos menos Ari quien sintió que la vista se le tornaba roja al oír a su padre despreciar así a su mamá.

Enojado se volteó hacia su progenitor y estaba a punto de perder los estribos cuando de pronto todo se volvió ligero, como en un ensueño.

Parpadeo un par de veces.

Todos estaban inmóviles.

Trato de encontrar algo dentro de la casa que llamara su atención, pero no encontró nada.

Y entonces..

Entonces lo oyó.

Era la voz de Temo gritando desde del departamento 202.

-¡Lupita, por favor! ¡Despierta, por favor!-

Preocupado salió corriendo hacia el pasillo y vio que la puerta de enfrente estaba abierta de par en par.

Se acercó y entró.

Lo primero que vio fue al vecino Pancho y a Julio en el piso, inmóviles, pálidos, azulados.

Luego al adentrarse un poco más vio a Temo, arrodillado en el piso, con su hermana en brazos, inconsciente. Temo se encontraba llorando.

-Temo...- dijo Ari acercándose lentamente. Entre lágrimas Temo alzó la mirada, sus ojos se abrieron de manera alarmante.

-¡Cuida...!- pero no hubo necesidad de que siguiera, porque alguien pasó un brazo por el cuello de Aristóteles medio cortándole la respiración.

Ari intentó mirar hacia atrás, hacia la persona que lo sostenía pero cada vez le costaba más respirar y concentrarse. Levanto sus manos y las llevo hacia el brazo que lo sostenía del cuello, intentando forcejear. Al ver que no funcionaba se mordió el labio y entonces se le ocurrió.

Ari abrió la boca y mordió fuertemente el brazo que lo sostenía. La persona que lo había agarrado se echó hacia atrás y Ari quien estaba corto de aire y concentración se fue hacia adelante casi yéndose de cara al piso, pero consiguió mantenerse en pie. Dio un paso hacia adelante y se volteó.

Se sorprendió al ver que la persona que había estado tras el era Guido.

Giro su cabeza una vez más hacia sus vecinos y entendió todo. Guido había atacado a los López.

No. Guido iba a atacar a los López.

Ari parpadeo un par de veces volviendo en si. Miro a sus lados, toda su familia lo observaba, muchos parecían preocupados, otros confundidos. Luego de mirar a su familia, Ari buscó con su vista a los integrantes del consejo. Guido todavía no había vuelto del baño.

Asustado, noto que su mano estaba levantada, ¿acaso pensó en darle un golpe a su propio padre?

No había tiempo para eso. Preocupado Ari salió corriendo hacia el baño del 201 en busca de Guido.

*****
Papancho cayó al piso y Guido fue directo hacia Temo quien estando de espaldas no lo vio venir, pero Julio si e intentó saltar sobre el mayor.

-¡JULIO!- gritaron Temo y Lupita a la vez mientras Guido lo agarraba entre sus brazos y le aplicaba algo en el cuello también a él. El niño comenzó a moverse tratando de soltarse pero en pocos segundos simplemente dejó de moverse.

Asustados Temo abrazó a Lupita, mientras veían como Guido tiraba al piso a su hermano Julio.

Lupita lloraba desconsolada por el susto mientras las lágrimas de Temo caían en completo silencio.

Guido pasó por encima del cuerpo de Julio y estirando sus manos fue hacia los últimos dos López allí presentes.

Todo pasó entonces demasiado rápido, Lupita trató de soltarse del abrazo de su hermano, recordando entre tantos nervios que sus lágrimas podrían devolver a su papá y a su hermano, pero Temo quien no comprendía su poder trataba de mantenerla cerca.

Lupita no lo pensó dos veces y pellizcó fuertemente el brazo de su hermano para que la dejara ir, este lo hizo como acto reflejo, pero intentó volver a abrazarla apenas se dió cuenta de lo que había pasado.

Guido alcanzó con sus manos a Lupita y la agarró por el cuello, contándole la respiración. Temo quiso acercarse pero Guido apartó una mano del cuello de la niña y lo tiró hacia un costado sin siquiera tocarlo.

Temo quedo aturdido por unos instantes, los suficientes para no comprender lo que ocurrió después. Juró que le parecía haber odio pasos pero no estaba seguro.

De pronto la mano de Guido que estaba en el cuello de Lupita la soltó y la niña se fue para atrás pero no lo suficientemente rápido como para que Guido no se le cayera encima.

Y entonces lo vio.

Aristóteles se encontraba con su mano derecha hacia adelante hecha un puño.

-A... Aristóteles...- dijo Temo sin creerse que Ari hubiera noqueado a Guido de un simple golpe.

Ari soltó un suspiro y lo miro, Temo notó que sus ojos estaban nublados.

Lupita comenzó a toser bajo Guido y Ari volvió en si para ir a ayudarla. Temo hizo lo mismo.

Se escuchar entonces pasos que venían corriendo por las escaleras y llegaron hasta la puerta del 202.

-¡CUAUHTÉMOC!- gritó la voz y Temo se sorprendió al reconocerla. Alzó la mirada y vio a su amigo, Diego, allí parado con un bastón en manos como si estuviera preparado para pegarle a quien fuera necesario.

-¿Diego?- dijo Temo sorprendido.

Diego echó un vistazo a la situación, notando que Lupita y Temo se encontraban perfectamente bajó el bastón.

-Pero... estan bien- comentó confundido.

-Eso intenté decirte, che chamaco...- dijo la voz de una mujer acercándose. -Ahora devuelveme el maldito bastón.- Ofelia apareció entonces por la puerta, fue hacia su nieto y se lo arrebató. Los jóvenes miraron a la señora mientras esta entraba e iba hacia Pancho.

La mujer echó un vistazo a Pancho y le tomó el pulso, luego alzó la vista y miro a Lupita.

- Empieza a llorar niña antes de que tu Papancho quede tieso.-

Te Vi Venir •|Aristemo|• [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora