Nostalgia

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Una cándida y serena voz se escuchaba a lo lejos por aquel extenso trigal, bañado por la luz del amanecer, de un caluroso 3 de Julio. Las dos permanecían tumbadas, madre, e hija.

La pequeña, descansaba sobre el estómago de su madre, que le arrullaba con una nana.

Cierto, una bonita canción...

Pese a no poder entender la letra, pues la gata no hablaba en este idioma, puedo jurar ante todo, que tan solo escuchando tararear esa melodía, podrías escapar de tus más profundos miedos.
Como si de emerger de un abismo se tratara, bajo el agua, suavemente ascendiendo, hacia una superficie, una alegría, una tranquilidad de por fin poder respirar, pero; no llega.

No lo alcanzas, no alcanzas a respirar, a ver, a salir, ves trazas de desesperación, te ahogas, el oxígeno no llega a tus pulmones y comienzan a contraerse fuertemente haciéndote tragar lo único a su disposición, agua. Agua que inunda tus pulmones, te atragantas, te produce arcadas, sientes el abismo, lo notas dentro, te inunda, te invade, y la debilidad, tan fuerte, que sin quererlo y sin siquiera haberte dado cuenta de que no respiras, la vida te abandona...

[...]

¿Recuerdas tus sueños?
No siempre son cosas sin importancia.
Porque el cerebro es tan difícil de entender que a menudo lo ignoramos, o lo llamamos milagro.

Que difícil es a veces diferenciar, entre sueños y realidad.
Pero, también lo es entre sueños y recuerdos pasados. Se camuflan y terminan como simples sueños cotidianos, que olvidas sin razón.

Y cuando despiertas los ignoras, porque de todas formas, es el pasado.

¿A quien le importa?

Continuará....

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